Escritor

Lo primero que deja claro el hermano de Bush, Jeb, es que además de ser un impresentable, desde que llegó a España, que no sabe dónde está, ni con un puntero, es que el presidente del Gobierno, José María Aznar, no le anda a la zaga así como todos los fontaneros de la Moncloa, que ni siquiera se les ocurrió mandar un fax a Florida explicando las características políticas de España, que probablemente ni siquiera John Bush las sepa, dado el tradicional desconocimiento que los americanos tienen del mundo, del demonio y de la carne. Para ellos Bagdad sólo es un punto en el mapa como lo es España. Pero lo que se pregunta uno, es de qué hablarían estos dos tíos, que esa es la palabra: tíos; tío el nuestro y tío el otro con cara de ser un doncellón todavía con golondrinos debajo de los alerones. Creo, que si faltaba algo a este pastel, el hermano de Bush, Jeb, le ha puesto la guinda. Pero además de la guinda, lo que nos embarga es un gran bochorno, porque nunca como hasta ahora el rey Juan Carlos lo ve uno tan relegado, y seguro que no comparte la tesis de Aznar, que ayer en el programa de Javier Sardá el mejor con diferencia, lleno de talento oportuno, hacía llamar a Manel Fuentes con la voz del rey y el diálogo no tuvo desperdicio:

--Javier, hijo...

--Majestad, pero dónde está Majestad...

--Estoy en Andorra...

--Y qué hace ahí...

--Aquí que me he venido por culpa de la república de Bush...

--Pero por Dios vuelva en seguida...

--Crees que me dejará Aznar...

--Suponemos que sí...

Genial, genial, pero qué tristeza llegar hasta donde hemos llegado. Qué horror que nos invadan estos hermanos asesinos, aunque Jeb perdone a los disminuídos síquicos. Por favor, que esto no ocurra más. Jeb es un terrorista, peor que Otegui. Por cierto que el País Vasco está de la mano de Dios. Qué terrible el último asesinato. Y encima todo el PNV sabía que lo iban a matar. ¿Dios dónde estás? ¿Te han matado a ti también?