Ajenos a otros debates de actualidad, un gran número de cacereños se pregunta casi a diario qué es lo que pasa con el suministro de agua en su ciudad. Los vecinos de las calles Camino Llano, Colón y Hernández Pacheco se vieron sorprendidos ayer por un río de lodo tras el reventón de una tubería que contaba con más de 40 años de antigüedad. Mientras la empresa concesionaria no da abasto para tantos imprevistos, aún está en el aire la pregunta de por qué no se cambian aquellas canalizaciones que corren el riesgo de romperse. En un asunto de primera necesidad, como es el agua, no debe haber ajustes presupuestarios y sí el compromiso político para renovar lo que lleva tantos años sin cambiarse.

Pero puestos a pensar en algo de tan primera necesidad no hay nada más prioritario que el salario y, si no, que se lo pregunten a los jugadores del Díter Zafra que, pese a dar la talla en el terreno de juego, siguen sin percibir su salario por el impago de las subvenciones municipales. Aquí no valen promesas, puesto que éstas no dan de comer. La situación, con los jugadores declarados en huelga, sólo se arregla con el pago de una ayuda que pondrá paz donde hoy, muy a pesar de todos, no la hay.