TEts para mí muy especial estar en Catalunya, una tierra en la que tengo, no todo el mundo lo sabe, mucha más familia que en Extremadura. Mi familia vino aquí hace más de treinta años en busca de oportunidades y que afortunadamente encontraron en los catalanes un pueblo único que les recibió con los brazos abiertos. Por diferentes razones, hace tiempo que no venía por Barcelona, la ciudad más bonita de España y el Barça el mejor equipo del mundo. Antes, cuando solía hacerlo, era menos conocido, pero ahora que soy presidente es más difícil estar por aquí, porque algunos me paran por la calle, como se pueden imaginar, para echarme las cuentas. Algunos de mis colaboradores me han hecho llegar sus prevenciones por considerar que éste es un partido que se juega más cómodamente en casa, también algunos de mis compañeros del PP Catalán y amigos de un lado y de otro tanto socialistas como nacionalistas. Siempre he cultivado todo tipo de amistades. Curiosamente han sido estos últimos compañeros, mis amigos nacionalistas, los que más me han animado a venirme a Barcelona para exponerles algunas cuestiones institucionales, políticas, económicas y sociales que considero claves para el desarrollo pleno y la recuperación económica de nuestras nacionalidades y regiones en el conjunto de España.

Una de ellas y la que hoy me atañe, es la del apoyo activo a la cultura en todas sus manifestaciones, pero como les indicaba, Daniel, sobre todo, y las que más nos interesan hoy, son todas aquellas que afectan directamente al bolsillo de nuestros empresarios culturales y nuestros espectadores, me refiero al IVA cultural. Pero para que entiendan cuál es mi visión política de la España de hoy, para que entiendan lo qué quiero expresarles y me conozcan un poco más como presidente, muchas veces es mejor comenzar en lugar de por el principio, por el final. Sólo de esa manera, se comprenderá no sólo el principio sino mis principios como presidente. Ustedes lo entenderán. En mi cabeza como presidente está España y está Europa, y eso pesa mucho, no se lo voy a negar, pero en mi corazón está Extremadura. Y mi tierra pesa mucho más.

Por eso lo primero que quiero decirles es que mi madre no me parió político, mi madre me parió persona. Comencemos ahora por el final. En Extremadura vamos a bajar los impuestos porque somos una de las Comunidades Autónomas en España con más presión fiscal y porque, tras partir del segundo déficit más alto de toda España, a 8 de julio de 2011, cuando tomé posesión como presidente de Extremadura, estaba en el 6.8%, a cierre de 2012 lo hemos dejado en el 0,7%. No sólo cumplimos con el 1.5% que era el déficit autorizado por parte del Gobierno de España, sino que cumplimos también con el 0,7% que era el déficit inicialmente acordado para 2013, que ahora pasa a ser 1.2%. Demostramos que si se quiere, se puede, como muchas otras veces a lo largo de nuestra historia.

XY VAMOSx a bajar impuestos no sólo porque hemos estabilizado ya nuestras cuentas públicas sino porque el que no crece no paga. O termina no pagando. Hay que combinar políticas de austeridad y crecimiento económico no sólo en Extremadura sino también en el conjunto de España. Prefiero que el Gobierno de España en lugar de reducir el objetivo de déficit ayude con sus recursos a las autonomías con más dificultades o con más tasa de paro a impulsar el crecimiento económico. Debe reducirse más el Estado. Esa es la receta adecuada.

Mi criterio en relación al cumplimiento de déficit es muy fácil de entender si se ponen en mi posición, que fue la de ustedes hace algunos años. Defendemos desde Extremadura un déficit igual para todas las autonomías como en 2011 propuso el Gobierno central socialista, que yo no firmé, o como en 2012, fijó el Gobierno central popular, que tampoco firmé. No entiendo estos cambios de rumbo y me parecen una auténtica estafa a las autonomías que cumplimos, además de que se trata de un mensaje muy peligroso que envía el Gobierno de España a Europa porque favorece el no cumplimiento.

Y no pongo el grito en el cielo por Catalunya, que le quede claro a todo el mundo, aquí resuena su tierra y lo entiendo, pero determinados analistas deberían informarse bien porque me trabajo muy bien los temas, yo he hablado siempre de cinco Comunidades Autónomas, no de una: Catalunya, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Andalucía. O sea, tres del PP, una del PSOE y otra de Convergencia y Esquerra.

Deben saber también que mi posición en materia de déficit es la misma que la del expresidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol , en los años 90: "el control del déficit público debe tener algunas compensaciones". No puedo estar más de acuerdo. ¿Pero cómo hemos conseguido el cumplimiento de déficit se preguntarán ustedes? ¿Cómo le hemos dado la vuelta a las cuentas autonómicas? Lo primero, reduciendo el Estado. Las Comunidades Autónomas en Extremadura somos también Estado, no lo olviden nunca. Reduciendo gastos, eliminando el gasto superfluo de la administración, el gasto corriente y devolviendo a la sociedad civil extremeña los espacios y recursos que antes abarcaba la política en Extremadura. Que lo impregnaba todo.

Simplemente en gasto corriente hemos ahorrado más de 100 millones de euros, que para que se hagan una idea, en Extremadura, con un presupuesto de 4.700 millones de euros es una auténtica fortuna, 16.000 millones de las antiguas pesetas. Ustedes saben mejor que yo dónde hay que ajustar. No me atrevería nunca a decirles dónde. Tienen un 'president', un 'Govern' y un Parlament para plantear una propuesta leal que sea aprobada en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que es donde decidimos entre todos el techo de déficit.

En cualquier caso, la reducción de gasto improductivo es una tarea permanente de cualquier Gobierno, haya o no crisis económica, y les aseguro que tras 30 años de Gobiernos de un mismo partido político en Extremadura, no es que me haya encontrado con gasto improductivo, sino con lo que realmente me he encontrado son con nuevas especies vivas de la administración que si no las cortas de raíz, se reproducen sistemáticamente. Y les aseguro que no es fácil verlas, porque son muy escurridizas. También hemos conseguido el cumplimiento del objetivo de déficit por la vía de nuevos ingresos, por ejemplo, gravando a los bancos. Yo soy partidario de que se instale en España y en Europa un impuesto a las transacciones financieras. Lo he defendido siempre. Creo que los bancos y cajas deben devolver a la sociedad lo que ésta les da. Y afortunadamente una sentencia del Tribunal Constitucional nos permitió ingresar en beneficio de los extremeños 200 millones de euros.

XSIN ESAx sentencia, en cualquier caso, nuestro déficit se hubiera situado en el 1.2%. Cumplíamos, por lo tanto, sobradamente, porque estábamos ajustando muy bien cada una de las partidas desde el diálogo y una política abierta con los ciudadanos. ¿Es fácil cumplir para una autonomía en tiempos de recesión con el objetivo de déficit?, no. Que se lo digan a las nacionalidades y regiones incumplidoras. Es muy difícil. ¿Hay que apoyar a las nacionalidades y regiones incumplidoras?, sí. ¿Hay que premiar a los cumplidores?, también.

Pero todo desde la lealtad y la apertura de los libros contables y no desde el tacticismo político ni las balanzas fiscales, porque estamos hablando entre presidentes. Y aquí no estamos jugando a la oca. Porque hoy se pide un déficit a la carta y mañana una financiación a la carta. Y porque no hay una balanza objetiva para medir quién aporta más y quién aporta menos. Unos miden la población, otros la dispersión, otros el Producto Interior Bruto, otros el desempleo, podemos medir también la producción energética.

Nosotros consumimos tan sólo el 3% de la energía que producimos, imagínense si Extremadura hiciera un apagón energético, ¿se lo han preguntado alguna vez?, lo mismo el apagón llega hasta Barcelona. No soy el anticatalán furibundo que dibuja, en ocasiones, determinada prensa catalana. Yo defiendo a los catalanes siempre, no se equivoquen, pero no a Gobiernos de la Generalitat que honradamente pienso no están a la altura de anteriores. Históricamente la Generalitat ha estado compuesta de personas de extraordinaria valía y con gran sentido común que si estuvieran hoy, estoy seguro que les iría mejor a los catalanes como les va mejor a los vascos ahora. Simplemente pienso que si determinada clase política catalana que no los catalanes que lo que quieren es la garantía de un empleo y de sus prestaciones sociales, lo que entiendo perfectamente Pero si la política catalana sustituyera la actual hoja de ruta en la que se encuentra inmersa por nuevas políticas que a corto plazo no les renten políticamente, beneficiarían a largo y de largo, muy mucho, sin duda, a los catalanes.

Yo que leo mucha prensa, les puedo asegurar. Y el contexto económico no está ni para relatos ni para aventuras, esto no es literatura. E incluso, lo digo de veras, para todos aquellos que les preocupa la matemática electoral, estoy convencido de que subirían en los sondeos. También subirían sus cifras aquellos que quieren la independencia. No soy tampoco un barón rojo, ni un verso suelto, en todo caso, soy un barón extremeño y un verso extremeño. Soy una persona de matices como todos y cada uno de ustedes pueden comprobar.

La política autonómica, de realización regional en Extremadura es para mí, aunque quizás les sorprenda, una prioridad. La identidad de nuestro pueblo, el sentimiento de pertenencia a un proyecto común que es Extremadura dentro de España y de Europa es innegociable. Al mismo tiempo pienso que la política autonómica no puede ser una mera política de transferencias económicas como seguro piensan muchos de ustedes también. La principal infraestructura es que haya un pueblo extremeño fuerte y que se le escuche dentro de España y de Europa.

Esa es una gran enseñanza, un fondo de comercio que aprendimos de nuestros extremeños en Catalunya, en el País Vasco y en la Comunidad de Madrid. Lo aprendimos juntos. En total, un millón de extremeños fuera de Extremadura. Los mismos que viven hoy en ella. He creído y defendido mucho antes de ser presidente que las ideas son más importantes que las ideologías y las personas más que los partidos. Por eso pienso que nadie puede esconder sus problemas detrás de una bandera ideológica ni en Extremadura ni en Catalunya, porque los temas fundamentales de nuestro tiempo no son ni de derechas ni de izquierdas.

XCREOx en la unión entre diferentes. Este pasado lunes sin ir más lejos, en un desayuno informativo en Badajoz, junto al ex presidente del Gobierno de España, Felipe González , en una reunión con más de 200 inversores, presentamos conjuntamente la iniciativa 'Invest in Extremadura'. No entiendo cómo, si Felipe González y este humilde presidente pueden ponerse de acuerdo para vender Extremadura al mundo, el Partido Popular y el PSOE no pueden ponerse de acuerdo para vender España al mundo.

La política como la economía es para mí siempre un estado de ánimo. E impulsar acciones para levantar ese estado de ánimo y generar autoconfianza en nosotros mismos y confianza en nuestros sectores más productivos como nacionalidad, región o país, es misión de gobiernos, partidos políticos, agentes económicos y sociales de todas las tendencias políticas. Y para eso la unidad da credibilidad dentro y fuera de España. Catalunya siempre ha expresado un fuerte deseo de autogobierno, basado en determinadas circunstancias históricas que ustedes mejor que yo conocen. Ese deseo de autogobierno es una aspiración compartida por la inmensa mayoría de los catalanes y de las fuerzas políticas que los representan. Y yo lo respeto profundamente. Hasta aquí todo ok.

Ahora bien, soñar como muchas veces se sugiere que la Generalitat son los catalanes, es mucho soñar. Luego llegan las noches electorales para despertar. Los catalanes se lo merecen todo en esta crisis, todo, no se merecen ni un recorte más en educación ni en sanidad. Eso es lo que yo voy a defender como Extremadura en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ahora bien, eso es compatible con hacer importantes ajustes. Pero les digo más: sin la contribución de los catalanes no puede entenderse el desarrollo de Extremadura, España y Europa de los últimos años. Y que nadie lo dude, el presidente de Extremadura, todas