TLta organización terrorista intenta crear un segundo frente en el sur de Portugal para atacar con explosivos y, al mismo tiempo, pretende desestabilizar al Gobierno con la publicación, en el diario Gara, de su versión de las negociaciones. Es cierto que el Gobierno tiene que hacer frente a sus responsabilidades, en los compromisos que adquirió con la opinión pública, pero también lo es que no podemos --todos, gobierno, oposición y ciudadanía-- consentir un chantaje de ETA que desestabilice las posibilidades de entendimiento entre todos los demócratas.

La primera parte de la amenaza de ETA, los atentados, tiene una respuesta de manual: colaboración internacional --ahora, especialmente también con Portugal-- y eficacia policial y de inteligencia. Hay muchos síntomas de que ETA está infiltrada por los servicios de seguridad y esa circunstancia hará que la labor de detención de comandos pueda impedir una progresión en la actividad terrorista y su desmoralización en el medio tiempo. Ese es el camino de la victoria.

La labor de desestabilización de ETA debe tener el tratamiento que requiere cualquier chantaje: hay que hacerle frente, sin ninguna concesión y sin importar las consecuencias. El Gobierno debiera informar con todo detalle al PP de los pormenores de la negociación llevada a cabo con ETA, corriendo los riesgos y las responsabilidades de sus propios actos, y cerrando la puerta a la información por entregas, haciendo suyo el Gobierno el dicho de que más vale ponerse una vez rojo que ciento colorado.

Es cierto que existe la sensación de que el Gobierno, lejos de cerrar el proceso después del brutal atentado de la T-4, siguió intentando lograr acuerdos con ETA. Esa fue su decisión y es su responsabilidad. Pero si los españoles tienen que tener noticias precisas y nuevas de lo que sucedió, es mucho mejor enterarse por lo que diga el Gobierno, con la explicación, convincente o no de lo que hizo, que por las filtraciones de ETA. Solo así estaremos blindados contra el chantaje y la guerra psicológica de los terroristas.