Catedrático de Economía

Con sendos millones de barriles a Repsol-YPF y a Cepsa pagan los señores de la guerra la ayuda moral y humanitaria que el Gobierno de Aznar dio a la invasión de Irak, y el trabajo de policía militar que, con polacos, ucranianos y centroamericanos (¡qué mezcla!), vamos a llevar a cabo en los desiertos del sufrido país. Esperemos que no se queden en eso las estupendas ventajas que prometió el hermano del presidente Bush a la república española. El desgaste que ha sufrido Aznar bien vale una recompensa más jugosa, por lo menos los seis millones que estipulaba el último contrato firmado por Repsol-YPF con el derrocado Gobierno de Sadam. De otra manera, la primera empresa petrolera sufrirá, como millones de iraquís, los efectos de la guerra.