WEwl consejero de Agricultura, José Luis Quintana , explicó ayer el proceder de su departamento en la compra de los monitores al doble de su precio. Este gesto es destacable: rompe la dinámica, tan apreciada por la Junta, de despachar los asuntos espinosos con unas cuantas invectivas a quien los airea. Quintana ofreció una versión que puede ser verosímil, y mostró papeles que así lo aseguran, pero que no es fácil de entender: dijo que los precios de los monitores no estaban actualizados en el momento de la compra y, por esta razón, la empresa compensó a la consejería con 166 más y 450 peanas. Pero el consejero no aclaró cuántos monitores necesitaba la dirección general que los encargó, porque si eran 284, para qué quiere 450. Y si eran en realidad 450 quizá fuera un embrollo explicar que, aun necesitando 450 sólo aparecían oficialmente 284 para adecuarse al precio homologado. Aun así debió hacerlo para disipar las dudas de que este asunto no esconde un caso de mala administración de los fondos públicos. Tampoco fue satisfactoria la respuesta del consejero a las numerosas compras sin publicidad de su departamento. No basta decir que es un procedimiento cotidiano, porque si lo es aquí falla cotidianamente la contratación transparente.