Por lo que vamos viendo, el VAR, más que un Video de Asistencia al Árbitro, traducción directa de la versión original en inglés Video Assistant Referee, debería considerarse, según reza en el título de esta carta, como un sistema de Video de Arbitraje Resolutivo, que viene a ser lo mismo pero es más contundente, en el sentido de que le ayuda al árbitro a resolver las dudas y tomar unas decisiones que no deberían ser, en ningún caso cuestionados.

Sin embargo, lo que está ocurriendo es un sin sentido que está dejando al VAR a los pies de los caballos y cuestionando su utilidad.

Buena prueba de ello es lo que ha ocurrido en la última jornada de liga en la que se produjo una jugada polémica en el partido entre el Real Madrid y la Real Sociedad, en la que el árbitro no debió apreciar un penalty, aparentemente claro, a Vinicius en el área de la Real Sociedad, por lo que no solicitó la asistencia del VAR y dejó sin sancionar una falta que podría haber significado el empate a uno, en un partido que el Madrid acabó perdiendo en su feudo por 0 a 2.

Y como consecuencia de ello el presidente blanco Florentino Pérez llamó a Rubiales para quejarse, «elegantemente» de la decisión arbitral, y de que el colegiado no hubiera recurrido al VAR.

A lo que el el presidente de la Federación Española de Fútbol respondió que dejaba estos asuntos en manos de Velasco Carballo, que es el Presidente del Comité Técnicos de Árbitros, quien recientemente ha declarado que «el VAR está en pañales y que en 10 años habrá evolucionado muchísimo». Dicho de otro modo, lo que están haciendo todos con el VAR es «echar balones fuera», cuando se trata de una herramienta muy útil y necesaria, que no se ha utilizando correctamente, pero que puede ser determinante en determinados momentos.

Quizás ahora, que el todopoderoso Real Madrid ha reclamado, será cuando los responsables de la federación y del Comité de Arbitraje, adopten las medidas que permitan a los árbitros, en el transcurso de los partidos, consultar a sus asistentes tes o visionar ellos mismos la repetición de las jugadas, para que puedan tomar, en consecuencia, las decisiones que consideren más oportunas. Decisiones que podrán seguir siendo cuestionadas, pero que tendrán ya carácter irrevocable.

Y este es precisamente el fundamento del VAR, que no es ni más ni menos, que asistir a los árbitros en su tarea para que sus decisiones sean lo más acertadas posible, aunque siempre haya alguien que las discuta, y están en su derecho. Pero será el árbitro, después de consultar o no al VAR, quien tendrá la última palabra de lo que ocurra en en terreno de juego hasta el último segundo.