Los datos de la EPA del tercer trimestre y los provisionales de PIB del Banco de España sobre el mismo periodo son dos noticias positivas, y como tales se han de valorar. En estos momentos no se puede conocer la medida justa de su alcance, porque se trata de cifras que apuntan una tendencia, que están sujetas al conocimiento más detallado de la evolución de variables decisivas y, sobre todo, a su confirmación en posteriores recuentos estadísticos.

Entre julio y septiembre pasados el número de personas que se declararon desempleadas se redujo en 72.800 respecto del trimestre anterior. Pero de esa cifra hay que restar las 33.300 personas que han salido del mercado laboral --por su regreso al país de origen, emigración o desistimiento--, lo que arroja una cifra real de 39.500 empleados más. Una cantidad que sale de detraer los 12.500 empleos públicos destruidos de los 52.000 creados por el sector privado.

Además, se debe tener presente la calidad del nuevo empleo, puesto que a 30 de septiembre había 146.300 contratos fijos menos que un año antes, mientras que el de eventuales aumentó en 169.500. Un cambio que tiene mucho que ver con los efectos de la reforma laboral, que abarata el despido en la misma medida que incentiva la contratación eventual. El sector de servicios --el turismo-- es el único que ha generado empleo.

Esta baja calidad de la nueva ocupación y el mantenimiento de la tasa de paro en unos niveles de vértigo --25,98%-- hacen muy endeble el crecimiento de nuestra economía, cuyo pilar es el consumo interno. Un raquítico 0,1% en el gasto de los hogares y una contribución del sector exterior del 0,4% están detrás del crecimiento del 0,1% del PIB en el tercer trimestre, el dato que permite afirmar que hemos salido de la recesión. Y es cierto.

Pero también ocurrió en el 2010, cuando tras seis trimestres en negativo vivimos cinco en positivo para sumirnos después en la recesión de los nueve trimestres que acabamos de cerrar. En Extremadura la rebaja en 1.300 parados que recoge la EPA supone para unos, como el Gobierno, el PP y la patronal, signos de recuperación, mientras que para sindicatos y partidos en la oposición son cifras insuficientes. El número de parados se situó en la comunidad autónoma en 170.300 en el tercer trimestre del año después de bajar en 1.300 personas (el 0,78%) respecto al anterior, con lo que la tasa de desempleo alcanzó el 33,24%.

Ojalá hayamos tocado fondo, aunque sin empleo de calidad capaz de animar el consumo, con poco ahorro familiar y sin inversión empresarial la base de estas buenas noticias es tan frágil que impide echar las campanas al vuelo.