Los datos del crecimiento europeo en el tercer trimestre no son buenos. La salida de la recesión está siendo débil y lenta. En la eurozona, el PIB creció a un ritmo intertrimestral de solo un 0,1%, inferior al del segundo trimestre (0,3%). Y lo peor es que la desaceleración se debe a los dos grandes países. En Alemania el crecimiento cayó al 0,3% (0,7% en el segundo trimestre) y en Francia pasó a ser negativo (-0,1% frente a uno positivo 0,5%). Por primera vez en muchos años España no ha sido el farolillo rojo, ya que el PIB intertrimestral creció igual que la media (0,1%) aunque con una mejor dinámica exportadora y peor para la demanda interna.

Pero la morosidad de la eurozona no nos va a ayudar. Y a ritmo anual --comparado con el mismo periodo del 2012-- el PIB de la eurozona ha caído un 0,4%, con serias divergencias: aumentos del 0,6% en Alemania y del 0,2% en Francia frente a descensos del 1,2% en España y del 1,9% en Italia. La reactivación no se consolida en los países centrales y la recesión se suaviza algo en los del sur.

La morosidad del PIB y la baja inflación (0,7% anual frente al 2% fijado como meta de estabilidad) confirman que el BCE estuvo acertado la semana pasada al volver a bajar (ahora al 0,25%) su tipo de interés. Si Mario Draghi no hubiera apostado por una política mas expansiva --lo que crea inquietud en Alemania--, la situación sería mas grave. Además, el descenso del interés debe favorecer tanto la reanimación del crédito ídifícil por la fragmentación de los mercados nacionales tras la crisis de la deudaí como un tipo de cambio del euro más realista, clave para la exportación. Es ilustrativo que mientras que el Producto Interior Bruto anual de la zona euro sigue cayendo, el de la UE de 28 países (influido por los 11 que no están en la moneda común) ya crece algo.

Pero este crecimiento europeo (0,1%) es todavía muy inferior al 1,6% de Estados Unidos. La austeridad fiscal es quizá excesiva, pero tampoco Estados Unidos tiene políticas presupuestarias expansivas y la política monetaria del Banco Central Europeo se está alineando con la de Washington. La clave es que esta es más flexible. Y Bruselas acaba de llamar la atención: los países del sur tienen que mejorar su competitividad, pero Alemania debe hacer una política mas expansiva. De lo contrario, la recuperación puede ser desesperadamente lenta. Y España, con un paro superior al 25%, es el país más afectado.