El encargado de negocios de la Embajada de España en Irak, Eduardo de Quesada Fernández de la Puente (Valencia, 2-8-1946), ha sido requerido en Madrid para tratar de la seguridad española, puesta en evidencia tras el asesinato del espía Bernal. El embajador Benzo, en misión de la ONU, considera que la legación está "desprotegida".

No le está resultando fácil a De Quesada culminar su carrera, después de haber desempeñado, entre otros, los cargos de cónsul general en Caracas (1990) y en La Habana (1997), y de subdirector general de Asuntos Jurídicos Consulares. Hace un año que sustituyó a Fernando Valderrama, aquel que dimitió por estar en contra del "entreguismo" de Aznar a Estados Unidos. De Quesada vivió la preguerra renqueando de un grave accidente de coche en acto de servicio; pasó la guerra en Ammán, después de evacuar la embajada, adonde regresó el pasado mayo, y ahora sufre la tremenda posguerra. Tiempo atrás, renunció a la custodia de cuatro geos, porque creyó equivocadamente que no eran necesarios.

Sin rango de embajador (desde la guerra del Golfo en 1991 no existe como tal), a De Quesada le confunden con el mencionado Benzo. Y puestos a confusiones, el otro día, el periodista Miguel Angel Aguilar le puso verde en Tele 5 confundiendo su apellido: "A ver, Quintana, que salga, que dé la cara".