Estos días pasados, los diarios de todo el mundo han dado la noticia del fallecimiento del famoso científico Edward Lorenz , ocurrido el 16 de abril a la edad de 90 años, en EEUU, célebre por la formulación del llamado efecto mariposa o teoría del caos.

"Mostrando que ciertos sistemas deterministas tenían límites formales de predictibilidad, E. Lorenz puso el último clavo en el ataúd del universo cartesiano y fomentó lo que algunos han llamado la tercera revolución científica del siglo XX, después de la relatividad y la mecánica cuántica". Explicaba, rindiéndole homenaje, un colega y también profesor de ciencias atmosféricas en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Sus trabajos abrieron un nuevo campo de investigación, influyendo no solamente en las matemáticas, sino también en numerosas disciplinas.

El descubrimiento llegó, como en tantos casos, por casualidad. Procesando datos en un modelo informático de previsión del tiempo, observó que pequeñísimas modificaciones en los parámetros iniciales podían desembocar en resultados radicalmente diferentes. Así obtuvo la conclusión, en un artículo publicado en 1963, que es imposible realizar una previsión meteorológica a largo término.

Formalizó esta constatación al año siguiente, cuando describió cómo jugando con algunas variables solamente, podía aparecer un comportamiento caótico en un sistema formalmente muy simple: había nacido la teoría del caos.

XSU NOTORIEDADx mediática la deberá, sobre todo, a la famosa pregunta propuesta por él en 1972 durante una reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencias: "¿El batir de las alas de una mariposa en Brasil desencadena un tornado en Texas?".

La ocurrente formulación hará historia, aunque será frecuentemente mal interpretada, más como la afirmación de un principio de causalidad, que como era su intención; una pequeña causa podía tener grandes e impredecibles efectos.

Debemos señalar que, para algunos historiadores de las ciencias, Lorenz había redescubierto, más que descubierto, la teoría del caos. Pues el francés Poincaré , a finales del XIX, ya había constatado que los sistemas deterministas no tenían forzosamente un comportamiento predecible.

Recibió, entre otros, el premio Kyoto para la Ciencias de la Tierra y del planeta por "un descubrimiento que ha conllevado uno de los cambios más radicales en la concepción humana de la naturaleza desde Newton ".

Después de leer algunas de esas reseñas sobre las teorías de Lorenz, reflexionaba sobre nuestra profesión de educadores y el comportamiento de nuestro Sistema Educativo. Y asociaba los procesos que, a veces, ocurren en él con el efecto mariposa expuesto por Lorenz. En efecto, los que profesionalmente hemos conocido diferentes centros y participado, de alguna manera, en los procesos educativos que en ellos se han dado, hemos tenido, en más de una ocasión, la oportunidad de observar cómo pequeñas variaciones en datos iniciales, pueden desencadenar procesos con conclusiones muy diferentes e inesperados, que alguien los podría calificar de efectos caóticos.

Los Sistemas Educativos son, sin duda, sistemas complejos, en los que se producen múltiples y variadas relaciones que interactúan de diferentes formas y, en esos procesos, pequeñas variaciones en los datos iniciales, conducen a situaciones finales que en nada se parecen a lo esperado. Aquí podría estar la explicación de por qué resulta tan difícil, en tantas ocasiones, trasladar experiencias educativas que funcionan bien de unos contextos, a otros que en principio podría parecer análogos. La práctica muestra que los resultados no son, ni los mismos, ni tan exitosos como en el lugar de origen. Pequeñas diferencias producen efectos muy distintos.

En otras ocasiones, pequeños sucesos han producido inesperadas y amplificadas consecuencias. Por poner un ejemplo, no muy lejano, ¿quién podía prever que por el ataque de un perro a un alumno de un IES de nuestra provincia, se podía producir una de las mayores concentraciones de profesores y una huelga? Sin duda este podría ser un arquetipo de proceso caótico o efecto mariposa .

En otro ejemplo, análogo a los que tantos profesores han vivido, una alumna ejemplar por su inteligencia, capacidad de trabajo, actitud y dedicación, lo que se traducía en sus sobresalientes notas, cambia de centro y al recibir, en los primeros días un suspenso en una materia determinada, acaba dejando los estudios con las consiguientes consecuencias desastrosas para ella misma y para nuestra sociedad. Y también podríamos poner ejemplos contrarios. Lo podríamos asimilar al efecto mariposa . Con una diferencia fundamental, en educación, tratamos con personas y con el futuro de esas personas, no con factores atmosféricos. Y por ello tendríamos que intentar seguir a Lorenz, tratando de ser, en la medida de nuestras posibilidades, "un modelo de inteligencia, integridad y de modestia". Haciendo que nuestro sistema sea más racional, positivo, eficiente y, sobre todo, humano, a pesar de todos los efectos mariposa que puedan surgir inesperadamente. Pues dentro mismo de la racionalidad, aparece la indeterminación de lo inesperado.

*En representación del Grupo Afilalápiz.