TEtl Consejo Escolar del Estado, ha emitido un informe --no vinculante-- donde se solicita al Gobierno que elimine la asignatura de Religión en las enseñanzas no universitarias. (Aún desconocía el dato de que la Iglesia católica es la institución menos valorada por los universitarios según el último estudio de la fundación BBVA). Y además, a propuesta del sindicato CCOO, el consejo ha aprobado también una enmienda (opuesta a los intentos del Ministerio de Educación) que expresa la opinión contraria a la existencia de un corpus específico de Educación para la ciudadanía, un programa para que los niños aprendan los elementos básicos que exige la compostura cívica de nuestra cultura democrática occidental. Todo esto ocurre porque no es insolente argumentar que educar en democracia exige enseñar/aprender en democracia.

Es verdad que principios y valores pueden ser adquiridos por la infancia sin que una asignatura expresa los articule; por lo común suele suceder que sirviéndose de cualquier ocasión propicia, se aprovecha ésta para transmitir, ejercitar o poner en relieve determinado valor (cultural, ecológico, moral, familiar,...); pero si eso es cierto, lo será más si se organizan y definen los valores democráticos que conviene transmitir a la buena gente que no corrió de los grises. No olvidan los defensores a ultranza de la transversalidad, que ese concepto contenta lo mismo a pasotas que a troyanos: tenemos la democracia que educamos.

Cada época tiene sus valores imperantes. Todavía se adornan algunas paredes con las aleluyas del niño bueno (Juanito va con presura a besar la mano al cura ) y el niño malo (Mientras que Pablo, mohíno, se aparta de su camino ), murales instructivos compuestos para transmitir los ritos y valores del urbanismo ceremonioso y caduco. La educación para la democracia, no debería consistir en mostrar un repertorio de hábitos sociales aplaudidos, sino en explicar, debatir, convenir y aplicar aquellas pautas de actuación social menos dañosas, más saludables para la convivencia y que entendamos que son las que componen, o se acercan mucho a la idea de Democracia. Quizá vuelva a ser necesario un texto al modo de Educación para la convivencia de finales de los setenta, remozadas con algunas citas de Marcelino Camacho , por ejemplo. ¿O ya está proscrito?

*Maestro