Historiador

El soberano del eje del mal del más acá, Georges Bush, está contrariado porque el otro sátrapa, Sadam Husein, no le complace sacando de la arena del desierto sus viejos misiles de destrucción masiva, cedidos por EEUU cuando eran amigos y en nombre de nuestro orden masacraba la zona.

Con el palmeo de sus dos comparsas principales, Tony Blair y nuestro Aznar, el de no hace falta consensuar ni explicar , está dispuesto a vomitar todos los explosivos que a su industria bélica se les están quedando antiguos, para dar así otro escarmiento más, dejar de paso libre sus grandes almacenes y poder acumular nuevas armas de destrucción más que masiva.

¡Ah!, ¿pero qué expertos son esos que están buscando en Irak las pruebas de lo malo que son los malos del eje del mal del más allá, no sabiendo llevar debajo de la manga las pruebas definitivas --aunque ya van por buen camino con sus últimos hallazgos-- que inculpen a esos servidores del demonio ? Debían aprender de aquellos policías y capos de películas: ellos saben meterle la droga en sus bolsillos a los pequeños choricetes, para luego acusarlos del tráfico masivo.

La cosa sería para reír si no fuera porque a lo largo de todos estos meses, de todos estos años, de tanto y tanto tiempo, están siendo arrasados enormes territorios, sometidos a hambrunas millones de habitantes, destrozados bienes y personas.

Y nosotros, queramos o no, estamos de un lado de la cacharrería destructiva, pagando también con nuestro esfuerzo y con nuestros impuestos la suelta de misiles que tan únicamente nos quieren hacer ver que son palomas de la paz. ¡Cuánto sabe su infame propaganda de embaucarnos a todos --o, al menos, a tan grande mayoría--, haciéndonos balar como borregos!