Profesor de la Uex

Cuando alguien mostraba claramente su cobardía, se le decía que era como el avestruz, por aquella medrosa actitud de esconder la cabeza debajo del ala ante cualquier dificultad. Hoy el talante pusilánime de aquéllos que tienen que tomar decisiones ha alumbrado un nuevo síndrome, el de "la culpa fue del cha, cha, cha". Ya se veía venir aquello de "los socialistas más" que les servía para contestar a lo que no querían hacerlo, pues en su particular credo no hay margen al error ¡faltaría más! ¡Eso, los otros!

En estos últimos tiempos se ha confirmado el síndrome, ya que la culpa de las actuaciones erráticas del gobierno las tiene la oposición, y por tal bellaquería hay que pedir la dimisión del culpable, en este caso Caldera, pues lo que ha dicho no se ajusta al guión, y tendrá que pagar por su traición a España.

¡Dios mío! Estamos, sin duda, ante un nuevo y espectacular milagro de la política ética de los parnasianos.

Lo del chapapote es una tragedia, tanta que todos debemos responder de ella, pero Galicia no necesita caridad, sino justicia, pues nunca hay que confundir lo uno con lo otro. La culpa será del "cha, cha, cha", el pueblo español ya sabrá valorarlo, pero las soluciones las tiene que dar el gobierno y además ejecutarlas, no vaya a ser como lo del famoso dicho de lo prometido y algo de peor sonido que rima también.