Corren malos tiempos para el PSOE y para el presidente del Gobierno. Todo el ímpetu y espíritu reivindicativo que mostró Zapatero en su etapa como líder de la oposición, se ha transformado en debilidad, agotamiento, silencio y mutismo. Nunca en la historia de la democracia española, un presidente del Gobierno había sufrido tanto desgaste y había perdido tanta credibilidad, en tan solo una legislatura de gestión. A Zapatero y su circo, le crecen diariamente los enanos y el globo comienza a deshincharse. De niño me explicaron que la vida tiene efecto boomerang y que todo lo malo que uno haga, tarde o temprano, termina volviéndose en su propia contra. Zapatero utilizó el accidente del Yakolev 42 y todas sus víctimas, para arremeter contra el Gobierno que estaba presidido por el Partido Popular y especialmente para criminalizar al exministro de Defensa, Federico Trillo . ZP no escatimó críticas variopintas y en culpar a José María Aznar y a todo su equipo, de lo que había ocurrido. Meses más tarde y ya como presidente del gobierno Zapatero tuvo que tragarse sus palabras y afrontar la triste muerte de 17 soldados españoles en Afganistán, tras caer el helicóptero Cougar en el que viajaban.

Zapatero utilizó chabacanamente el accidente del Prestige para atacar al gobierno del Partido Popular y ahora ha tenido que volver a tragarse sus propias palabras, tras producirse el accidente de un buque y verterse más de 170 toneladas de chapapote en la costa. ¿Dónde está ahora el ecologismo de ZP y dónde está la plataforma Nunca Mais ? ¿Dónde están las manifestaciones, dónde están las críticas al Gobierno, dónde están las pancartas y esa fiereza que se lanzaba contra el PP? ¿Acaso el chapapote llegado hasta Almería es ecológico, no contamina y es distinto al que llegó hasta Galicia? La realidad es que cuando ocurrió lo del Prestige había que manifestarse porque era el PP quien gobernaba la nación y en la Comunidad gallega. Como es ahora el PSOE quien gobierna el país y la Comunidad andaluza, los pancartistas parecen haberse quedado mudos.

Zapatero utilizó los incendios que se produjeron en España para criticar al gobierno del PP y especialmente, aprovechó para arremeter contra política de prevención que se estaba desplegando. ZP anunció que cuando gobernase cambiarían las cosas ¡y vaya si cambiaron! Meses más tarde y ya como presidente del Gobierno, el aventajado socialista tuvo que volver a tragarse sus palabras. Hubo incendios en Galicia, Andalucía, en las Villuercas extremeñas, en Cataluña y sobre todo en Castilla la Mancha. Además de arder miles de hectáreas, 11 voluntarios fallecieron en Guadalajara.

Cuando ZP estaba en la oposición era un amante de las protestas y de las manifestaciones. Todo valía, incluso rentabilizar políticamente catástrofes, si el fin último era pisotear al PP. Hoy, el amnésico inquilino de la Moncloa, evita referirse y pronunciarse sobre las manifestaciones que se están produciendo en nuestras calles. Da igual que salgan 1.500.000 personas tras una pancarta, el presidente está tan entretenido en sus estancias en Doñana que no tiene tiempo ni de pronunciarse sobre todos estos temas. Antes sí lo hacía, además de charlatán era categórico en sus declaraciones. Ahora ZP es un enamorado del silencio, se ha transformado en pusilánime, asustadizo, olvidadizo, escurridizo y demagogo. El presidente del Gobierno pierde fuerza y está basando su trabajo en el donde dije digo, digo Diego ¡Como cambia la gente!

¿Se imaginan que hubiese declarado ZP, si un candidato del PP hubiese asesinado a un alcalde del PSOE-? Si por el envío de tropas a Irak para ayudar a establecer un régimen democrático en el país, nos llamaban asesinos, por esto nos hubiesen puesto de homicidas para arriba. Afortunadamente, no todos somos iguales-

*Presidente regional de

NNGG de Extremadura