Que bien, como decía la canción: ¡El verano ya llegó! Llegó y con él nos sobra todo. Sobran los abrigos, las botas... Sacamos de su apolillamiento los piratas, camisetas, bañadores... ¡Ah!, y las maletas. Porque toca salir de vacaciones. Claro y si hablamos de lo que nos sobra, también sobran nuestras queridas mascotas. ¡Ay!, los regalitos de Navidad. "A mi niño le han traído un perrito muy mono, así se entretiene. Un cachorrito para jugar con él, le gusta tanto...". El niño ya no hace caso a su último juego de la play , ni al mp4, ni al móvil... En fin todos muy felices con el cachorrito. Pero ahora, que ya ha crecido, no es tan mono, ¿qué hacemos con él? Pues muy fácil, lo abandonamos, porque nos ha dado tanta felicidad que se lo merece. Eso sí hay que hacerlo de la manera más cruel que se nos ocurra. Mejor no entramos en detalles. Hay otro problema, es que estas personas se gastan un dineral en sus vacaciones, pero no son capaces de gastarse solo un poquito en sus mascotas. Un pasaje, un hotel que permita animales o una guardería de mascotas. Mejor tirarlo.

Para esa gente que enseña a sus hijos que todo es de usar y tirar, animales, plantas y en un futuro a sus ancianos, porque total ya lo dieron todo, ya no nos sirven, pues a todos ellos que pasen las mismas felices vacaciones que sus queridas mascotas.

Ana M. Marcos Soler **

Cáceres