Profesor

A un mes vista de las próximas elecciones municipales y autonómicas, el panorama político y electoral nos presenta pintorescas situaciones que, al fin y al cabo, son un fiel reflejo del trabajo bien hecho de algunos y el desastre de la gestión política de otros.

Aunque el PSOE no es amigo de dormirse en los laureles, el ambiente le es bastante propicio, fruto en parte del curro cuatrienal, muy positivo según los datos de bancos y cajas, y en parte por el descrédito de la forma de hacer las cosas del PP nacional y por alcance regional y provincial, por seguir estos últimos al pie de la letra los errores políticos mayúsculos de Aznar y su gobierno. Llama la atención las palabras del actual alcalde por el PP de Plasencia, José L. Díaz, que profetiza una dura debacle de Floriano, hasta hace unos días su jefe político, y sobre el cual vaticina unos resultados que harán de Juan Ignacio Barrero un héroe popular, ¡tendría mandanga la historia!

En las municipales nos encontramos con estrategias electorales impresentables, caso del increíble y denunciable acoso hacia Angel Calle en Mérida, organizado por el aparato del PP emeritense y sus sostenedores, que ven aterrorizados cómo el profesor de historia, dando una lección de corrección y educación en la precampaña electoral, pueda ganar la alcaldía de la capital autonómica.

En Cáceres y Badajoz se vislumbran importantes desgastes de sus actuales alcaldes, motivado por la ola antipepé y lógicamente por las interesantes alternativas de la oposición. IU se esfuerza con tesón por obtener su parte de la tarta electoral y los pocos votos que queden: ¡hala!, para los rebotaos, para los olvidaos, para los mosqueaos y por fortuna para algunos idealistas ajenos a los empujones.