Escritor

Elisa es una mujer madura, bellísima, que me envía un cuento para que escriba el prólogo. El cuento trata de la historia de unos niños, que al ser asaltados por unos malhechores y quedar estos supuestamente sin vida, deciden buscarlos en el cielo, yéndose a a Cabo Cañaveral y robar un cohete que los lleve al cielo.

Se aprovisionan de pulgas y gracias a estos animalitos, los niños van consiguiendo sus objetivos, enviándole pulgas a todos aquéllos que se les cruzan por el camino.

Elisa es italiana y un ser de una belleza excepcional, se la mire por donde se la mire. Oírla cuando me llama para darme las gracias, me traslada a un mundo de musicalidad absoluta.

Oyendo decir a todas horas a los de Gran Hermano oye tío me pasa como a los niños, que me gustaría defenderme con pulgas y mandarle pulgas, al primero de todos a Aznar.

Creo que Aznar, con un ataque de pulgas, sería más auténtico que este Aznar de marmolillo. Y por supuesto a Rodrigo Rato... Bueno, a Rato yo le mandaría lombrices, para que se fuera rascando el culo por todas partes...

De todas maneras Dios está castigando su soberbia, al mismo tiempo que nos castiga a nosotros con las marcas negras o los impuestos del agua de Celdrán. Sólo oyendo a Elisa su excepcional italiano, o viendo la belleza del Convento de la Luz en Brozas decorado por Paki Doncel, merece la pena seguir.