De profesión, ama de casa. Incorrecto. El trabajo del ama de casa no está reconocido como profesión y el debate sobre si debería recibir o no una remuneración económica se ha producido tímidamente, pero sin resultados. Y mientras, algunas se manifiestan hartas de sus jornadas de más de ocho horas, en muchas ocasiones no reconocidas en su propia casa y reclaman tiempo para ellas.

«Es el momento de dedicarme mi tiempo» cantan en un vídeo que supera las 3.000 visualizaciones en YouTube mujeres de tres poblaciones de la provincia de Badajoz. Con la canción expresan su jartura por las críticas que reciben y a buen seguro la letra pondrá la cara colorada a más de uno. Pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Imagino que lo que más dolerá al ama de casa será la falta de reconocimiento de los que tiene más cerca, de aquellos a quienes dedica jornadas maratonianas: que si no me gusta esto, que si no me has cosido lo otro, que si esta camisa tiene una arruga, que por qué no está lavado este pantalón... Deberíamos entonar el mea culpa y decir más: yo friego esto, yo recojo la mesa, yo plancho o yo hago la comida y tú vete a disfrutar.

Porque lo que estas mujeres pacenses reclaman en su vídeo es tiempo. Tiempo para ellas y su empoderamiento. Porque también tienen derecho, al igual que las mujeres trabajadoras que al llegar a casa son amas de casa y derecho a hacer lo que quieran con su tiempo sin que se las critique por ello.

Pero además, si socialmente el trabajo del ama de casa no está reconocido, también se suele considerar que ser ama de casa es sinónimo de ser inculta o no tener estudios y no es cierto. Ese desprecio, como si sus opiniones o su palabra no valieran lo mismo que la de una médica, una jueza o una periodista, hay que desecharlo. Respeto es lo que merecen porque, si las mujeres trabajadoras pararan, el mundo se pararía, pero si las amas de casa pararan, también. ¿Cuánto tiempo puede aguantar una mujer trabajadora realizando ‘solo’ la tarea del ama de casa? Poco. En situaciones como esa nos damos cuenta de lo duro que es.

Así, y sin menospreciar a la mujer trabajador ni desmerecer al amo de casa, que los hay, sirva esta columna para hacer un reconocimiento público a esas mujeres que, por decisión propia o por circunstancias de la vida, tienen una licenciatura, un grado, un posgrado y un máster en ser amas de casa. Demos la importancia que tiene a su trabajo diario (sin fines de semana ni vacaciones) colaboremos y valoremos que tengan su tiempo.

*Periodista.