XCxuando surgieron los incendios tan virulentos, este último verano, desde Adenex lo tuvimos claro: el voluntariado era la mejor manera de implicar a las gentes en su propio destino. Es cierto que la participación ciudadana no se realiza plenamente en el momento del incendio, sino mucho antes, cuando aún no sabemos qué ocurrirá mañana. Y una vez pasada la catástrofe nos pusimos manos a la obra. Queríamos reforestar con nuestras manos; deseábamos que las propias gentes del lugar sintieran que también estábamos allí ante una adversidad que pudo ser paliada mucho antes a sabiendas de las condiciones atmosféricas, sabiendo que al otro lado de la raya el fuego abrasaba. Descoordinación administrativa, enfrentamientos políticos y poco nivel de respuesta de anticipación dejaron que las llamas arruinaran lo mejor, los deseos de las gentes de vivir en las zonas rurales de Extremadura.

El programa Planta al fuego era la respuesta lógica ante tanto desatino. Con ella buscábamos que muchos se unieran y que sirviera de eco-iniciativa a las demandas de tanta gente dentro de las comarcas afectadas como de fuera de las mismas. Hacer algo, inventar nuevas formas de intervenir para lograr cambiar el signo de resignación ante las catástrofes que arruinan territorios enteros, incluso existencialmente, era nuestro objetivo principal.

Desde noviembre del año pasado nos pusimos manos a la obra para lograr intervenir en montes públicos. Desde entonces hasta hoy se han logrado plantar mas de 50.000 árboles, fundamentalmente encinas y alcornoques, en sitios donde hasta entonces estaba ocupado por especies exóticas. Todos los fines de semana han participado más de 150 personas de manera voluntaria, además de prácticas puntuales de otros grupos durante la semana. Muchos otros colectivos y organizaciones se han puesto en ayuda paralela en otros lugares. De repente la cooperación se vuelve un valor de enriquecimiento personal, económico y social.

Respuestas individuales y colectivas. Desde personas que desde lejos estaban puntualmente en el tajo todos los fines de semana, hasta colegios e institutos donde alumnos, profesores y personal administrativo se unían en causa común. Asociaciones de todo tipo y, por supuesto, las gentes del lugar. Y la ayuda económica, imprescindible también, donde muchas empresas extremeñas excelentes han participado recaudando fondos o comprando plantones. Pero la cooperación puesta en movimiento genera nuevas iniciativas a tener en cuenta. Hemos de destacar la de determinadas empresas que han introducido en su horario productivo un determinado número de horas de voluntariado a realizar durante todo el año. Y allí han estado, en fin de semana, plantando como si de su horario laboral se tratara, aunque lo producido no fuera beneficio económico directo para la empresa en cuestión. Gracias a todos por su entusiasmo y respuesta espontánea que recupera la tendencia a asociarse, a crear vínculos, relaciones sociales, fuera de las reglas impuestas por lo social.

Hemos aprendido que la cooperación y la invención, claves en todo movimiento social de voluntariado, son respuestas igualmente enriquecedoras y de desarrollo para un territorio, para una región, que las clásicas relaciones basadas en la producción o la utilidad del capital-trabajo. El sentir que hay un tiempo productivo que puede llegar a ser tiempo cooperativo. El saber que hay actividades de ocio y tiempo libre que pueden ser más gratificante si se convierten en sociales. El apreciar, de otra manera, el espacio rural con su propia dinámica económica, social y afectiva son mecanismos que nos demuestran, viviéndolos, que hay actividades fuera de la valorización del capital que generan novedades, y por lo tanto, que hacen desarrollar toda una región.

Es cierto que no han podido participar todos los que estaban apuntados, pero este programa no hace sino empezar. En este tipo de trabajos el mantenimiento continuo es clave para el éxito de la intervención, y el compromiso de Adenex es proseguir hasta que logremos ver un paisaje más verde no sólo en los suelos de las comarcas incendiadas, sino en los corazones de todos los habitantes. Nuestro compromiso está en la repetición y el mantenimiento para lograr que se den las condiciones de creación que aún no están pensadas. La experiencia ha demostrado que queda mucho por hacer en todo este entramado de la prevención de los incendios, que no se soluciona sólo con respuestas técnicas y de equipamiento puramente logístico.

*Presidente de Adenex