XCxon motivo de la Cumbre hispano-lusa de Santiago que tuvo lugar ayer, cabe recordar que tras la incorporación de España y Portugal a las comunidades europeas en 1986, se ha verificado un proceso de incremento espectacular en la integración económica entre nuestros países y nuestras regiones. Este proceso, imparable y muy fuerte y profundo, no ha hecho más que comenzar; y, algunos, desearíamos que culminara, políticamente, en una Confederación Ibérica en el primer cuarto de siglo XXI, para poder facilitar la vida, la creación y el trabajo a sus ciudadanos, sin problemas administrativos que acaban retrasándolo siempre todo. Esa decisión y esta actitud, que bien podría comenzar a ser considerada en las próximas cumbres bilaterales, podrían situar a nuestros países no sólo en una senda de mayor desarrollo socioeconómico, sino en una dirección estratégica común de nuestras relaciones exteriores preferentes y privilegiadas históricamente con el continente americano, con los países mediterráneos, con otros países africanos y asiáticos y con el resto de Europa.

En este contexto, la posición virtual (potencial) de la mayoría de los territorios y regiones fronterizas entre España y Portugal se ha ido modificando también sobremanera, permitiendo y provocando una reorientación de la lectura , organización y articulación de nuestros territorios en la nueva situación ibérica, aunque el grado de profundización en las relaciones, y la asunción de nuevos papeles en el ámbito ibérico ha dependido y está dependiendo hasta el momento, no sólo del empeño y el compromiso político de los gobiernos regionales (en algunos casos manifiesto y dedicado), aparte de las posibilidades y preferencias en función de la ubicación, sino del grado de sensibilidad, empuje y dinamismo de sus sociedades y empresas. Así, entre Galicia y Norte de Portugal, se ha definido un Eixo Atlántico , que da continuidad territorial a una comunidad con falas muy parecidas, que aspira a ser una única eurorregión y que intenta generar, con todos los mecanismos, convenios, proyectos y políticas posibles para su consecución, la mayor integración posible. Por otra parte, el fuerte dinamismo de Oporto y el acompañamiento de otras ciudades litorales portuguesas del Norte (Aveiro, Figueira da Foz y Marinha Grande) además de Coimbra, hace cobrar cada día más sentido al ya estudiado y denominado Eje Irún-Aveiro , o también llamado ruta de los portugueses . Sobre él gravitará la reordenación de los enlaces entre Castilla-León y las regiones Norte y Centro de Portugal, haciendo cobrar nuevos papeles y sentido a ciudades como Salamanca y Viseu, entre otras. Estos dos ejes reorganizarán todo el Noroeste Peninsular. En el Sur de la Península, el enlace entre Huelva, y Sevilla, y Faro, con extensión hasta Lagos, está trazando y trazará otro nuevo eje que establecerá, primero otra comunidad de trabajo y tarde o temprano una eurorregión con reminiscencias árabes comunes, con vocaciones turísticas similares, pero con problemas pesqueros parecidos o localidades de interior más empobrecidas que deberán de hallar una solución común con el turismo rural o la agricultura ecológica. Por último, el eje ibérico por excelencia, y que es el más importante, es el que une Madrid y Lisboa a través de Extremadura y Alentejo, lo que facilita que estas dos regiones, antonomásicamente con posiciones menos ventajosas, aprovechen la reorganización de este eje, que contará con enlaces multimodales (tren de alta velocidad, trenes convencionales reestructurados, trenes de mercancías, autopista y comunicaciones aéreas), así como los ejes Valencia-Lisboa, la ruta de la Plata y la IP2, que une las ciudades medias interiores portuguesas, para redefinir el papel y el sentido de todas las ciudades extremeñas y alentejanas.

La verdadera capital socioeconómica de Alentejo y Extremadura es el centro neurálgico Badajoz/Elvas (no Badajoz única y exclusivamente), no sólo por número de habitantes, dotación y posición fronteriza, sino por dinamismo económico. Este centro neurálgico tendrá que desarrollar, organizar y programar sus funciones vivenciales, comerciales, comunicativas, productivas, científicas, técnicas e industriales, con una fórmula de organización internacional acordada entre Portugal y España y con el trabajo bien dirigido y tutelado, desde el ámbito regional y local, llegando a una organización urbanística común armónica. Por todo ello, estimamos que, no sólo será pertinente que albergue un nuevo parador de turismo y una plataforma logística internacional, aparte de una parada de AVE y un aeropuerto, sino que desarrolle un parque ibérico científico, tecnológico e industrial, (Iberiapark), apoyado en las universidades de Extremadura y Evora y en los politécnicos de Portalegre y Beja. Este centro neurálgico será la cabeza motriz y de arrastre de toda Extremadura y el Alentejo. Por supuesto, que mientras que no podamos avanzar hacia iberorregiones de una confederación ibérica, las capitales administrativas y políticas autonómica y regional seguirán siendo Mérida y Evora, bellísimas ciudades emblemáticas de nuestro más excelente patrimonio histórico y singularmente vocacionadas y hermanadas para la propulsión del turismo cultural. Y, por supuesto, que la Ruta de la Plata y la IP2 las comunicarán cada vez mejor, tanto dentro de cada país, como con otras ciudades intermedias emblemáticas de esta nueva Lusitania del siglo XXI (Cáceres, Don Benito/Villlanueva, Jerez de los Caballeros y Zafra, o Beja y Portalegre), donde cada una va consiguiendo su papel especializado que apoya y ayuda al conjunto.

Pero, si queremos propiciar el mayor desarrollo socioecónomico ibérico, en esta nueva Lusitania del siglo XXI que deberá ser Alentejo y Extremadura, el centro neurálgico, no es ahora ya Mérida, sino el conjunto Elvas/Badajoz, y no Badajoz solamente. Si organizamos el desarrollo de Extremadura sin Portugal y sin el Alentejo, desde Mérida, o sólo desde Badajoz, el desarrollo de Extremadura sería menor. Como extremeños y como ibéricos, no nos debemos permitir ese desacierto histórico.

*Profesor de la Uex