Emilio de Justo (Cáceres, 16-2-83) se inició en el mundo de los toros en la escuela taurina de Plasencia. Poco después pasó a la escuela cacereña, donde Emilio Rey le enseñó los primeros pasos en el arte de Cúchares. Se le considera un novillero de corte antiguo, con mucho gusto toreando: tiene un estilo propio, pero dentro de lo clásico.

Luis Alviz , su apoderado, que lleva muchos años en el mundo del toro, lo está dirigiendo como se hacen las cosas, sobre el albero: muy despacio, para que cuando entre de lleno sepa afrontar las situaciones difíciles.

Cacereño de nacimiento y torrejoncillano de adopción, viene de una familia humilde. Su padre es albañil y su madre, ama de casa. Sólo tiene un sueño: los toros. Luchará para conseguir ser figura. Ha pasado por La Maestranza, donde cortó dos orejas toreando sin picadores. Debutó con picadores en Cáceres, donde abrió la puerta grande de la Era de los Mártires. Luego volvió a Sevilla, donde la espada le privó de poder cortar una oreja, pero dejó muy buen gusto.

"Todo el esfuerzo de un año de entrenamiento ha merecido la pena con la novillada del domingo en Cáceres", afirma. Su mayor ilusión es torear el año que viene en la plaza de Las Ventas y abrir la puerta que lleva a la calle de Alcalá.

FRANCIS VILLEGAS