Si todo va como está previsto en poco tiempo Rodríguez Ibarra se sentará con los máximos responsables del mundo rural en Extremadura, en el seno del Consejo Regional de Desarrollo Rural, el cual preside y que fue creado con el objeto de ser un foro de debate y reflexión sobre el camino a seguir y cuáles han de ser las estrategias futuras para el mantenimiento de estos espacios, mayoritarios en Extremadura, y cuyo progreso económico y social depende en gran medida del esfuerzo e interés, fundamentalmente político, porque así sea.

Me dispongo pues a reflexionar sobre la experiencia que, como observador y operador del medio rural, he acumulado en los últimos diez años, y lo hago a la luz del sol primaveral que me permite divisar el paisaje privilegiado de la comarca de Las Villuercas, un valor que, junto a otros muchos, nos permite y nos anima a hablar de desarrollo rural y de esperanza en una región como Extremadura.

No me canso de reiterar --siempre que las palabras me conceden la oportunidad-- el esfuerzo que entre todos venimos realizando para con estos territorios, cada uno en su posición y en su nivel de influencia. Sin embargo, siempre quedan escollos sin resolver, remordimientos que pesan cada vez más sobre quienes en un momento determinado toman decisiones sobre los demás de manera equivocada, y lo fundamental en todo esto, que pensamos demasiado poco sobre los demás y practicamos poco eso de la empatía, concepto que el profesor Carlos Ongallo se encarga de explicarnos en sus cursos de comunicación, y que a mi modo de ver es una palabra clave dentro de nuestra implicación o participación en el desarrollo de nuestro territorios.

XDESDEx mi punto de vista es importante mantener el modelo que hasta ahora se venía realizando, fundamentalmente en cuanto al modo de operar y de gestionar de abajo hacia arriba , que permite cierto dinamismo en cuanto a la toma de decisiones, una implicación más estrecha con los verdaderos protagonistas del medio rural que siempre han de ser las gentes que viven en los pueblos y un compromiso por optimizar de manera permanente los escasos recursos que tienen en sus manos.

Se trata pues de perfeccionar o limar las posibles deficiencias surgidas, mediante la dotación de más recursos, especialmente humanos, de implicarse de manera efectiva y participativa, de despolitizar ciertas estructuras y de abrir los Grupos de Acción Local a la sociedad y la ciudadanía, empatizando con sus problemas más acuciantes, todo ello acompañado con la aplicación de algún tipo de modulación hacia aquellos que más capacidad de gestión tienen o que mayores necesidades realmente demandan.

Si importante es mantener las herramientas humanas de gestión, no menos relevancia supone el reconocer que existe una serie de necesidades, aún no cubiertas, que sirven de puente a los proyectos empresariales y sociales, y que se refieren a la cobertura de ciertas infraestructuras y servicios, tales como sanitarios y de comunicación, que aún discriminan a lo rural de lo urbano.

En este sentido se hace precisa la concesión de un mayor protagonismo a los ayuntamientos y mancomunidades, con dotación de recursos y con delegación de competencias, al menos de manera puntual y determinada, todo ello en aras de aprovechar la última oportunidad que nos ofrecen los fondos estructurales, para de una vez por todas, ser lo que merecemos ser y mantener los pueblos como nuestros abuelos se los imaginaban, y por los que se dejaron la piel.

Seamos agradecidos y cada cual desde su posición, reflexione sobre esto y contribuya a la causa común que nos ocupa.felipe.sanchez.barbaextremadura.es

*Técnico en Desarrollo Rural