Se gasta lo que se deba aunque se deba lo que se gaste» es un principio imprudente según mi impertinente opinión. El dicho se popularizó en un librito religioso llamado Camino del fundador del Opus Dei y él lo atribuía a un amigo desconocido, por tanto no sé quién lo inventó, pero aunque el sacerdote lo interpretaba, con toda seguridad, como sinónimo cercano al evangélico ‘Mirad las aves del cielo que no siembran ni siegan ni recogen en graneros y vuestro Padre Celestial las alimenta’, lo he recordado cuando se ha ido desgranando a cuentagotas el próximo gobierno tan progresista él. Dado que el presidente no utilizó en su toma de posesión ni Biblia ni crucifijo y prometió sin jurar, es meridiano que no cree en ningún padre celestial, y, sin embargo, ese gobierno tan abultado va a costar sus buenos dineros. Mas qué importa eso si para contentar al uno y al otro, a sus socios populistas y a Europa, para conciliar derroche con contención o para diluir el poder de un vicepresidente peligroso, hay que formar un gobierno más numeroso que un equipo de fútbol con todos los suplentes, el entrenador y los masajistas.

Otro principio consumista o despilfarrador, cercano al que ha comenzado este artículo, es el de que lo barato sale caro, pero ese se suele producir ante la necesidad de justificar una compra lujosilla o un caprichito pijo. Sánchez no suele justificarse últimamente, mayormente porque no habla con los periodistas, solo les deja fotografiar su galana apostura y no le gusta dar explicaciones en el territorio incómodo de quien puede recordarle sus contradicciones, rectificaciones o incluso aquello que algunos llaman mentiras. Así que no sabremos seguramente por qué ha decidido engordar de manera tan escandalosa su gobierno y poner nombres largos y altisonantes a algunos de sus cargos. Divide y vencerás, se me ocurre. O que, a la manera de Escrivá de Balaguer, se gastará lo que deba. No parece preocupado. De momento solo estamos preocupados algunos. Pero es que ya se sabe que en España hay mucha derecha y mucho agorero. *Profesora