Los datos que el pasado día 25 nos ofreció la (Encuesta de Población Activa) EPA sobre el paro eran inequívocamente negativos y así los valoró públicamente UGT Extremadura. Ante la destrucción de más de 7.000 empleos no cabe sino mostrar una profunda preocupación por la ruptura de la tendencia de crecimiento del empleo y de reducción del paro de la que nos hemos beneficiado en los últimos años.

Mostrada la preocupación, hay que hacer un análisis riguroso de las causas que originan ese resultado negativo que, bajo mi punto de vista, para nada se corresponden con los análisis superficiales que he leído u oído en estos días procedentes de responsables de la Junta de Extremadura, Partido Popular y Comisiones Obreras.

Leo que la Junta de Extremadura culpabiliza de los malos resultados del empleo en el IV Trimestre de 2007 a la debilidad de nuestro tejido industrial; el Partido Popular pesca en río revuelto denunciando el fracaso de la política de empleo regional y Comisiones Obreras recurre a la recetita de culpabilizar al sector de la construcción por la destrucción de más de 7.000 empleos entre los meses de octubre y diciembre de 2007.

XQUIERO RECORDARx que con este débil tejido industrial y esa política de empleo, Extremadura disminuyó a la mitad el número de parados en tan sólo 10 años, entre 1998 y 2007, al pasar de 120.000 a 60.000 personas desempleadas. Al mismo tiempo, también quiero recordar que el comportamiento del sector de la construcción en la región no está siguiendo las mismas pautas, al menos en el tiempo, que ese mismo sector en España. Para ello, solamente un dato. En octubre, el número de proyectos de viviendas visadas en Extremadura hasta ese mes había experimentado un incremento acumulado del 7,4% respecto al mismo periodo del año anterior, frente a una reducción del 22,8% en conjunto del Estado.

Afirmo que no hay hasta el momento razones económicas reales que justifiquen un recorte sustancial del empleo en Extremadura. La empresa extremeña está saneada económicamente hablando, sin grandes problemas de liquidez, con bajos niveles de endeudamiento que circunstancialmente la protege ante las oscilaciones del precio del dinero y al menos temporalmente, protegida ante posibles vaivenes internacionales dado el escaso nivel de penetración de nuestros productos y servicios en los mercados exteriores. Lo que son factores de debilidad estructural, en momentos como estos, se convierten coyunturalmente en factores de protección. No hay mal que por bien no venga.

Hay tres hechos constatables que no admiten discusión por tratarse de cifras oficiales y que deben ser tenidos en cuenta para valorar la situación:

1. Las medias anuales de 2007 indican que la economía extremeña sigue creando empleo a un ritmo de cerca de 1.200 empleos mensuales, cifras que se ven avaladas por el aumento del número de afiliados a la Seguridad Social con más de 14.000 nuevas afiliaciones en Extremadura en dicho año.

2. Los datos de finales de año han sido desfavorables, como también lo fueron los del mismo trimestre del año anterior o los del primer trimestre de 2007, de 2006 o de 2005.

3. En el cuarto trimestre de 2007, en Extremadura se ha destruido empleo únicamente en el sector servicios, no por casualidad uno de los de mayor temporalidad en el empleo, se ha mantenido en la construcción y en agricultura y se ha creado empleo en industria.

Bajo mi punto de vista, los motivos reales de la destrucción de empleo en el cuarto trimestre de 2007 hay que buscarlos en la conjunción de dos factores: El miedo basado en el desconocimiento que genera la incertidumbre y la brutal desprotección del empleo regional.

La incertidumbre ha comenzado a pasar factura ayudada por la lacra que atenaza nuestro mercado laboral: la temporalidad. Ante un horizonte no tan despejado como en meses anteriores, los empresarios comienzan a soltar lastre aplicando el lema de "contrato laboral cumplido, contrato no renovado hasta que se despejen las incertidumbres". Esta situación en un mercado laboral en el que 42 de cada 100 asalariados tienen un contrato temporal, es mortal de necesidad y es la que explica qué ha pasado entre octubre y diciembre de 2007.

Es necesario por tanto avanzar en la estrategia de la estabilidad del empleo para evitar que situaciones como la presente traslade todas sus consecuencias negativas sobre los trabajadores y trabajadoras regionales. Al mismo tiempo, exijo a nuestros representantes políticos y sociales mayor rigor en sus análisis para no contribuir con los mismos a la innecesaria escalada de la incertidumbre en el futuro.

*Secretario General de UGT-Extremadura