WLwos firmantes del V Plan de Empleo de Extremadura --la Junta, las centrales sindicales mayoritarias y la patronal-- han hecho un balance de lo acontecido en el 2005 en materia de empleo y relacionado con dicho plan que es, al menos, confuso. Lo es porque el balance, en términos generales, resulta positivo, si bien las centrales sindicales han incidido, con razón, en que es necesario crear más empleo y que éste sea más estable.

Prácticamente el 90% de los empleos que se crean en Extremadura son temporales, y la tasa de desempleo es la única regional que supera el 15%, además de estar situada más de 6 puntos por encima de la media nacional. Es cierto que, según la Encuesta de Población Activa, el paro ha bajado en 7.700 personas en el último año y que, según el balance del pacto, durante este tiempo hay en la región 22.500 empleados más. Pero no es posible conformarse con esta situación, por lo que resulta sorprendente que todos los firmantes --con el citado matiz de los sindicatos-- concluyan que sus dos primeros años de vigencia se han saldado con resultados satisfactorios. Parecería que ninguno de ellos es responsable de lo que acontece en el mercado laboral: si la tasa de temporalidad es alarmante, alguno, en este caso los empresarios, tendrá algo que ver en ello.