La encuesta del CIS sobre intención de voto de los españoles que cambian de tendencia en un año convulso, también tienen quién la lea. Las cifras son neutras, dicen. Interpretarlas, un arte. Veamos un par de muestras, puestos a hablar de sondeos. Miguel Angel Rodríguez, primer portavoz del Gobierno de Aznar y hoy presidente de una empresa de publicidad, dice: "El PSOE había conseguido meterse en el terreno de juego, en el que no estaba cuatro años atrás, y enseñar las uñas del PP. Los errores consecutivos como oposición y la sensación de jaula de grillos en el partido le ha devuelto a una distancia que parecía superada". Y más contra ellos: "En la valoración --del CIS-- aún no ha entrado el debate sobre la nueva Corona de Aragón y la negativa del PSOE a pactar una ofensiva sobre el plan Ibarretxe ". ¿Y el exjefe Aznar? Un genio: "Si conocía los datos del CIS antes de comparecer en el Parlamento sobre Irak, su silencio sorprende: si supera al PSOE en seis puntos estándose callado, ¿cuántos podría obtener si hablara?".

El catedrático Luis Ignacio Parada prefiere, en Abc, recordar lo que tampoco ha entrado en la encuesta: "Los escándalos de la Asamblea de Madrid y el Ayuntamiento de Marbella, los últimos coletazos de Irak y del Prestige y la turbulenta reentré política con los insultos a flor de piel". Demuestra que sabe leer todos los datos del CIS: "La respuesta 33 dice que el 26,2% votaría al PSOE y sólo el 25,2% al PP". Descubre otros gazapos y concluye con frase parodiada: "No le digas a mi madre que me gano la vida en el CIS o que contesto encuestas".