Sevillana-Endesa ha terminado la refacturación de los recibos cuyos importes no se ajustaban exactamente a la energía consumida, sino a una estimación calculada sobre la media de recibos anteriores. Según la compañía, el importe medio de la devolución ha sido de apenas 0,5 euros. La cuantía media de lo que ha tenido que ser restituido (aunque hay excepciones llamativas de cantidades muy superiores) es indudablemente pequeña, pero ello no quiere decir que no fuera necesario acometer esa refacturación a casi 140.000 clientes.

Porque lo que se ventilaba con ello no era tanto la cantidad a devolver sino que se restituyera la confianza en la compañía, infelizmente rota a raíz de que se pasara a cobrar cada mes, pero la lectura del contador se siguiera haciendo cada dos meses, con lo cual, indefectiblemente, la factura del segundo mes no se atenía al consumo real. Es cierto que las compañías --no solo Endesa, también Iberdrola-- no se han saltado la ley y que no puede hablarse de irregularidades, porque el nuevo modo de facturación es el contemplado en la norma, pero aun siendo legal se trata de una norma que habría que dejar de lado porque pone a las empresas en el punto de mira de los consumidores. Y ni falta que les hace.