XCxambio climático, capa de ozono, lluvia ácida, efecto invernadero, deforestación..., son términos cotidianos en los medios de comunicación actuales, a pesar de ello nos da la impresión de que los problemas medioambientales están alejados de nosotros, que no nos afectan.

Desafortunadamente no es así, estamos en un mundo cada vez más globalizado y los fenómenos naturales nunca han conocido fronteras. En los últimos años podemos apreciar en nuestro país cómo fuertes sequías se alternan con violentas lluvias como manifestaciones más cercanas de los efectos que el excesivo uso de combustibles fósiles está teniendo para el equilibrio ecológico en nuestro planeta.

Una de las opciones más claras que se plantean frente al uso de fuentes de energía contaminantes son las energías renovables, y dentro de ellas, la energía eólica.

Con la energía eólica, como con otras cosas, ocurre que el incontestable beneficio para el medio ambiente que implica su uso trae aparejado también una alteración del entorno natural próximo. Así, en la medida en que se exagere esta alteración y se olvide el marco general en el que se inserta la implantación eólica, las conclusiones serán evidentemente opuestas a la instalación de parques eólicos.

Conviene precisar que los parques eólicos instalados adecuadamente, y con respeto al entorno natural, alteran, pero no degradan el paisaje. Hay ya muchas experiencias, en España y fuera de ella, de parques eólicos instalados en entornos naturales de indudable valor, que son positivamente valorados por la inmensa mayoría de la población. La energía eólica sustituye electricidad procedente de fuentes convencionales y su eventual impacto debe compararse con el causado por las fuentes a las que sustituye. Si se olvida esta evidencia, no se está haciendo una reflexión medio ambientalmente ponderada.

Por otro lado, un parque eólico supone unos ingresos significativos para los entes locales en cuyos términos se instalan tanto en cánones por el uso de montes de utilidad pública como por licencias de obras e Impuesto de Actividades Económicas, además de toda la actividad y el empleo que conllevan en su área de ubicación. También a nivel regional supone la creación y mejora de las infraestructuras eléctricas, posibilitando la instalación de nuevas industrias.

Por todo lo anteriormente expuesto, y partiendo siempre desde una realidad socioeconómica que nos exige cada vez más compatibilizar el desarrollo económico y el bienestar de los ciudadanos con una protección creciente del medio ambiente, debemos ofrecer a la sociedad alternativas reales a las fuentes energéticas actuales y la energía eólica puede ser una de ellas.

La apuesta en la comarca de Hurdes de la energía eólica debe ser firme pero, realizada de manera ordenada, y respetuosa con la naturaleza, y qué mayor respeto a nuestro medio ambiente que el uso de estas energías no contaminantes contribuyendo con ello a que beneficiándose nuestros municipios y nuesta región, se colabora de manera sensible al mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta.

La apuesta en las Hurdes de la energía eólica debe ser firme pero respetuosa con la naturaleza. Y qué mayor respeto a nuestro medio ambiente que el uso de estas energías no contaminantes contribuyendo a mantener el equilibrio del planeta