El verano invita al relax y al disfrute. La estación y su circunstancia llaman al descanso. Y en toda la península, julio es el preludio del momento en que se para España. Nos mentalizamos para situarnos en modo reposo. Cerrarán hasta los campamentos de verano, esa prolongación de las actividades extraescolares. Pero una cosa está clara: los enfermos no dejarán de enfermar porque llegue el estío. Seguro que usted, amigo lector, como todos, ha pasado alguna temporada cuidando un familiar ingresado. Y si toda época es mala para sufrir la incertidumbre y los desvelos que acompañan siempre la dolencia de un ser querido, el verano, del que esperamos prestaciones gozosas, es quizá la peor. Así fue para María Isabel Soriano, de Zarza de Montánchez, que además no tenía nadie que la cuidara y que no hace mucho se lamentaba en este mismo periódico de la "dejadez" y la higiene "espantosa" del hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Tanto que ha tenido que pagar a una mujer para que la cuide. El SES ha contestado que puede quejarse en el departamento de atención al usuario, tal como se recomienda si uno compra una prenda defectuosa. Como si la salud equivaliera a una falda mal cortada. Y una amiga, cuyo marido ha enfermado del corazón en este verano de nuestros pesares, me cuenta que comparte habitación con un enfermo cuyas hemorragias dejan ensangrentado el baño común, que la auxiliar lo limpia a golpe de fregona sin desinfectarlo adecuadamente, que el modo en que la trató el médico cuando pedía información no fue precisamente delicado y que el enfermo lleva cinco días en observación porque la prueba diagnóstica que precisa solo se realiza en Don Benito. Y una lo relata en este periódico, aunque mi amiga decida presentar la queja correspondiente, por ver si entre todos conseguimos mejorar lo que es de todos. Y porque contar la realidad es el primer paso para que los responsables intenten corregir desde su responsabilidad los fallos que se produzcan en un ámbito del que tan orgullosos dicen sentirse y que no es otro que el de nuestra sanidad pública.