Por fin, nueve meses después de proclamar el fin de las grandes operaciones bélicas en Irak, Bush se ha avenido a abrir una investigación independiente sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Sadam que, según dijo entonces, obligaron a desencadenar la guerra, pero que no han sido halladas. De hecho, la indagación se centrará en los "defectos", en definición de Condoleezza Rice, de que adolecían los informes del espionaje norteamericano. Fallos que condujeron al presidente a invadir y devastar una nación. El método de análisis escogido pretende conseguir que toda la responsabilidad de ese desatino recaiga sobre la CIA --igual que ya se hizo con la falsedad de la compra de uranio en Níger--, para que el inquilino de la Casa Blanca quede libre de sospecha. Blair tratará de poner en práctica un sistema similar de pesquisas que --en la línea del juez Hutton-- descargue toda la culpa en los servicios secretos británicos para exonerar al premier . Del trío de las Azores , solamente Aznar permanece imperturbable en la pretensión de que nada anómalo ocurrió. Un fingimiento que no puede encubrir el hecho de que esos tres dirigentes nos empujaron a un conflicto bélico con falsos pretextos.