Han sido unos días tristes para todos los votantes y militantes socialistas. Se han derramado lágrimas de impotencia ante la constatación de que la derecha vuelve a gobernar España. Sin embargo, una vez pasado el amargo cáliz, sin ni siquiera ser investido el nuevo Presidente, ya se auguran nuevos y mejores tiempos.

Queda claro, por lo visto en el Parlamento, que no va a ser una legislatura fácil. La marca de Rajoy no podrá hacer lo que se le antoje. La huella de sus desmanes no será aplaudida y amparada por la mayoría.

Y eso, sin lugar a dudas, es un buen escenario para la izquierda. La razón principal es que la ciudadanía va a tener la ocasión de comparar la gestión del día a día, tanto en Comunidades donde los socialistas gobernamos, por ejemplo, Extremadura, como en el recién inaugurado periodo de sesiones en el Congreso de los Diputados.

Ahora, con el apoyo que da la normalidad en las relaciones institucionales, Extremadura, de la mano de Guillermo Fernández Vara, podrá seguir profundizando en las numerosas medidas que lleva emprendidas. Muchas de ellas corrían el riesgo de quedar paralizadas por el bloqueo nacional al que estábamos sometidos durante casi el último año. Presupuestos, actuaciones aprobadas en el último Debate del Estado de la Región, compromisos de las Consejerías, promesas del programa electoral, necesidades sobrevenidas, respuestas a las iniciativas parlamentarias… son algunas de las muestras que van a marcar la acción del gobierno socialista en la comunidad de Extremadura durante las próximas semanas.

No lo olvidemos, somos el PSOE, Partido centenario que ha pasado por múltiples vicisitudes. Contamos con un enorme capital humano de grandísima calidad. Tenemos a nuestra gente. A veces damos disgustos. Pero como los buenos padres, sabemos que más adelante, nuestros ciudadanos nos lo van a agradecer. Enjuguemos, cuanto antes, el dolor. H

*Historiador y diputado del PSOE