Profesor

Uno de los trabajos periodísticos que más puede agradecer un ciudadano es una entrevista con su alcalde, pues piensa que le permitirá enterarse de los problemas y proyectos que tiene su ciudad. Con Saponi es imposible. Primero porque no hay problemas y segundo porque Saponi se pierde en discursos generales, tópicos, lugares comunes y contestaciones obvias que tanto pueden servir para esta ciudad como para Fuengirola, para estos tiempos como para hace treinta años. El olfato periodístico de Bermejo intenta sacarle respuestas concretas. ¿Cómo afectará la revisión del plan de urbanismo a la Montaña y qué proyectos tiene sobre esa zona? La contestación no tiene desperdicio. Espero que el equipo técnico que las redacte recoja las ideas que equilibren vida moderna y medio ambiente. O sea, lo mismo que puede decirse del Calerizo, de la Sierrilla y de Matalascañas. Lo mismo que podía haber dicho el alcalde de Cáceres de hace treinta años. Pero el alcalde actual de Cáceres no tiene ningún proyecto sobre la Montaña.

No menos ambigüedades aporta sobre la revisión del plan de urbanismo. No aparece una sola razón para, a pesar de que quedan muchas viviendas por construir ya planificadas, revisar el plan a no ser las conversaciones con algunas personas que naturalmente no identifica. Eso sí, piensa que no tiene por qué subir los precios de los pisos. Qué alivio.

Otro tanto sucede con las tasas e impuestos. Primero asegura que están ajustados al IPC, aunque no se sabe si por arriba o por abajo, pero cuando el periodista le recuerda que el agua, por ejemplo, ha subido por encima afirma que esa subida está controlada. Pues menos mal, porque el colmo sería que además de cara no estuviera controlada por nadie. ¿Y qué significa estar controlada? Nada, pero queda muy bien. Y además con esos impuestos se hacen inversiones superiores a 20.000 millones de pesetas. Como no te salen las cuentas, por muy caros que sean los impuestos, deduces que ahí entra lo que han invertido la Junta, el Gobierno y la UE, ayudas que no son moco de pavo y que la mayoría de los proyectos subvencionados hasta 1999 los habían hecho otros que no son él.

Con la movida queda un poco chungo. Puesto que el tema se arrastra desde hace años y él había prometido regularla y acabar con los problemas esperábamos más concreción. Pues tampoco. Como parece que la cosa no va bien, no se le ocurre otra cosa que asegurar que no es cosa suya en exclusiva . Pero lo de exclusiva es un lapsus. Porque la concesión de licencias sí es de su exclusividad y han dado un espectáculo bochornoso.

Ahora la perla es lo del aparcamiento. Anuncia a bombo y platillo hace unos meses un aparcamiento en Hernán Cortés, se abre un concurso, se concede la obra y antes de comenzar su construcción reniega de él y encima no propone ninguna otra solución. ¿Pero no habíamos quedado en que ese aparcamiento era imprescindible para mejorar la circulación de la ciudad? Eso es tener un proyecto de ciudad y lo demás son cuentos.