WLwa Junta se ve obligada a hacer equilibrios para que la región mantenga una conexión por vía aérea diaria con Madrid y Barcelona. Hasta ahora, la UE no impedía que el Gobierno regional mantuviera la viabilidad de la línea comprando un número variable de billetes cada día que asegurasen que la compañía que efectúa los vuelos no pierde dinero. Sin embargo, Bruselas ha puesto fin a esta práctica por considerarla ilegal al tener carácter de subvención.

La Junta ha ideado un atajo para "sortear" esa legislación y mantener unas ayudas que, de no existir, echarían por tierra toda posibilidad de que Extremadura tuviera conexión aérea con el resto de España. Para ello ha convocado un concurso de publicidad en aeronaves. Es una campaña publicitaria, pero al mismo tiempo es un compromiso para que la adjudicataria se comprometa a volar desde Extremadura. Pero la normalidad de la línea aérea no debería hacer olvidar la dureza, e injusticia, de una legislación comunitaria que entroniza el mercado y que resulta ciega ante los débiles. Es acertado oponerse a la subvención con carácter general, pero esa norma debería contemplar excepciones porque a veces la ayuda directa es la única manera de que se presten servicios necesarios que, de no haberlos, perjudican a quienes más los necesitan.