TDte madrugada y por sorpresa ha muerto Valerio Lazarov . Una de esas personas que piensas que no va a morir nunca porque tiene ansias feroces de seguir vivo. Le proclamé en más de una ocasión como uno de mis maestros en comunicación, aunque apenas crucé unas palabras con él a lo largo de varios años de relación profesional. En la primera etapa de Telecinco, cuando me llamaron para hacer allí mis pinitos como comentarista televisivo, me impactó con esta frase: "Lo importante en periodismo no es enseñar a Fraga hablando en una rueda de prensa ante los micrófonos; eso lo muestran todos. Lo importante es grabarle cuando sube las escaleras, manoteando, abroncando a sus colaboradores. Eso interesa más a la gente que la rueda de prensa en sí". Tenía razón Valerio. Y sigue teniéndola, más aún, en estos tiempos en los que se ha olvidado por completo aquello de que "noticia es todo lo que alguien no quiere que se publique". En estos tiempos en los que lo que se emite o se escribe básicamente son los comunicados de prensa, los vídeos oficiales, lo políticamente correcto que nos ofrece Google, los dictados de los partidos, de las instituciones, de las empresas. Tengo la agobiante impresión de que con Valerio se acaba una época de la comunicación, la era de Valerio.