Wert , está consiguiendo que la ciudadanía se tome la educación como la chirigota que da nombre al título. Primero dijo que no abonaría todas las ya otorgadas becas Erasmus. Al rato, previo tirón de orejas público de las NNGG y de algún otro mandatario popular, Wert reculó y pagará... este año.

Ni es la primera ni será la última, que este Ministro, se tome la educación a chirigota, pero contrariamente a mis paisanos, este señor tiene muy poca gracia, aunque mas bien lo que se toma a chirigota es a los ciudadanos de a pie, utilizando preocupantemente su puesto de Ministro y la mayoría absoluta, para auto investirse de la máxima autoridad que le permita no respetar unas reglas ya establecidas, cambiándolas cuándo, cuánto y cómo se le antoje.

Reculada tal ignominia a los estudiantes, Wert asegura que su plan será ejecutado el próximo curso, pues si hace dos años gastó 63 millones de euros, el año pasado 37 y ahora 15, o bajo las cuantías, ya de por sí ridículas, (algunos países llegan a 650 euros), para no excluir a nadie, o le pago a menos de la mitad de los becarios, pero eso sería un recorte más, otro, a lo que algún iluminado respondió, "pues di que subes las becas" aunque ciertamente las recortes y además disfrázalo con alguna frase que denote equidad, eliminar desigualdades socioeconómicas, tipo... más para los más necesitados, vamos, aquellas que ha olvidado meter en la Lomce. Dicho y hecho.

En su mundo chirigotero, Wert ha creído que todos los jóvenes Erasmus son niños de papá, con recursos suficientes, pero tenga usted en cuenta que aún superando la renta, seguramente sea un esfuerzo muy importante mandar a un hijo/a a estudiar a otro país, de hecho, gracias en parte a usted, ya es un lujo estudiar aquí. Pero piense también en aquellos que no son hijos de papá y que se están formando y trabajando, o simplemente trabajaron y ahorraron para formarse y un sinfín de particularidades.

Monago, fiel a su política regional, ha tardado poco en anunciar su respuesta a otra actuación impopular del ejecutivo nacional y es que, como diría Bogart a Bergman en Casablanca, "siempre nos quedará... Extremadura".