XSxerá otro, supongo quien suba a recoger el premio de manos del Príncipe de Asturias, con mucho menos mérito que tú, recién llegado quizás al cargo supremo del Programa Sócrates después de las últimas elecciones europeas. Sabes que la política es así de mentirosa, desagradecida y figurona.

Desde el 7 de julio pasado hasta el momento en que se decida quién irá a Oviedo, sabemos, tú y yo, que va a haber más que palabras por algunos pasillos de Bruselas. ¡Qué más da!

Hace más de diez años que te veo pegada a un teléfono, móvil o fijo, aclarando dudas, contestando preguntas, tranquilizando padres o resolviendo situaciones más o menos problemáticas con la ilusión de un niño ante un juguete nuevo.

Sólo tus hijos y yo sabemos que esa silla vacía a la hora de comer o esa llamada entre plato y plato para una vez que comemos juntos, esa visita intempestiva o ese correo electrónico constante, urgente y prioritario son el pan nuestro de cada día. Nadie como tú y yo sabe de esperas en la estación, de búsquedas de pisos para estudiantes, de acogida en casa a profesores de tantos países que esto parecía la ONU, de lágrimas de morriña, de angustias existenciales, de amores y desamores tan largos y ¡ay! tan cortos como un curso escolar... Solos tú y yo, hemos vivido la sonrisa escéptica y suficiente de quienes nada daban por el programa Erasmus hasta que descubrieron que era la manera fácil de viajar a Europa.

Como el desprecio y el ninguneo institucional que has tenido que sufrir por parte de algún superior, tan mediocre como miope ante el desafío europeo.

Cada año desde hace más de diez, te he visto llorar ante la incomprensión, la falta de ayuda o las envidias personales, y reír, gozar y lanzarte una vez más a la aventura Erasmus después de ver a tus alumnos de vuelta de su experiencia europea y a los europeos en el momento de su regreso, abrazándote como a la amiga y hasta la madre que has sido tanto para los que vinieron bajo tu tutela como para los que mandaste a descubrir Europa.

Sabemos también tú y yo que no eres la única. Que gracias a gente como tú, convencida y enamorada absolutamente de lo que hace, el Programa Erasmus es hoy Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

Pero en tu casa, Toñi Paín, y en la mía, que es la misma, se respira desde el pasado día 7 un aire de reconocimiento importante al trabajo bien hecho, a la ilusión constante y a la convicción personal. Enhorabuena, mujer.

*Profesor