TLtejos de los clásicos circuitos de producción de noticias, se asombra uno cuando comprueba, in situ, cómo desde un pequeño pueblo se puede llevar a cabo una iniciativa, que pese a pasar inadvertida, salvo para las redes sociales, tiene tanta o más trascendencia que la mayoría de las que vemos o leemos a diario.

Pongo el ejemplo de la extraordinaria jornada que he pasado en Talaván con un grupo de estudiantes Erasmus y sus profesores, procedentes de Letonia, Lituania, Croacia y la República Checa, junto con sus siempre atentos anfitriones del IES Virgen de Guadalupe de Cáceres.

Acompañados en todo momento por Francisco , el alcalde, y con el entusiasmo que le pone a todo lo que hace, el concejal socialista, Juan Cortés , visitamos, bajo una persistente lluvia, una preciosa dehesa. Se trataba, en un primer momento de conocer el movimiento de las aves migratorias (¡vaya metáfora con la situación actual!) y suspiraban alborozados cada vez que aparecía una grulla.

En realidad, esa era la excusa académica pues lo cierto es, que bajo un amplio programa que les llevó durante una semana a conocer parte de la realidad de nuestra región, aparecieron una mañana en Talaván para disfrutar de otras metodologías educativas diferentes a la propiamente aprendida en el aula.

Fue especialmente atractiva la llegada a una panadería tradicional del pueblo. Allí pudieron vivir todo el proceso de elaboración de panes y dulces. Comprobar la variedad de productos y los métodos artesanales: el horno, la leña, los panaderos a pie de obra...

De allí nos fuimos a la parte institucional del día: la acogida en el salón de plenos del ayuntamiento, donde recibieron sus certificados en medio de una explosión de júbilo y compañerismo.

El comienzo de la tarde fue el broche previo a la despedida: nos acercamos a ver una exposición, esperemos que se convierta en museo, donde la gente del pueblo había depositado objetos antiguos de sus labores ancestrales: arados, colmenas, instrumentos de labranza, ganadería, quesos, imágenes y paneles explicativos... todo muy alejado de lo que suele ser habitual en su entorno.

En definitiva, una convivencia magnífica entre gente del norte y del sur, entre alumnos y profesores, entre la ciudad y el campo. Que se repitan acciones similares.