WLwa ilegalizada Batasuna celebró ayer finalmente la manifestación que había sido declarada ilegal por el Gobierno de Juan José Ibarretxe, con el aval posterior del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. La dirección de Batasuna lanzó con esta convocatoria un reto para ser reconocida como interlocutor en la política vasca.

Pero si mantener un diálogo, extraoficial o declarado, con la izquierda aberzale para avanzar en la pacificación de Euskadi está más que justificado, reconocerla como actor legítimo en la vida pública es, en las circunstancias actuales, una quiebra de la legalidad.

La respuesta del Ejecutivo vasco ha sido bien medida. Un gobierno que tiene la obligación que cumplir y hacer cumplir la legalidad no podía ceder a los ultimátums de Otegi. Su policía debía estar presente, e hizo bien en impedir que la manifestación se celebrase tal como estaba prevista. También en mantener una distancia prudente mientras se desarrollaba de forma ilegal, pero sin alterar el orden público, y en intervenir con contundencia en cuanto derivó en un episodio de kale borroka. La situación del País Vasco necesita actitudes inteligentes. Sin desafíos a la legalidad pero con margen para mantener puertas abiertas.