TLta mayoría de los libros periodísticos se escriben a rebufo, cuando el acontecimiento está ya en boca de todos. Pocos son los avispados y atrevidos que escriben sobre un tema no después de la noticia, sino antes . La crisis económica es un buen ejemplo. El mercado se llenó de libros de economistas que acudían a los platós televisivos para sentar cátedra sobre una crisis que no habían detectado cuando aún se estaba mascando la tragedia. Los economistas, crecidos a destiempo , exhortaban a los gobiernos de turno a que tomaran las medidas que ellos iban improvisando sobre la marcha. Cuando se les veía en televisión, tan seguros de sí mismos, uno dudaba entre proponerlos como candidatos a ministro de economía o mandarlos a hacer puñetas.

Escribir después de los acontecimientos viene a ser como predecir el tiempo del día anterior. Por suerte aún quedan periodistas de investigación como el chileno Juan Pablo Meneses , periodista y fundador de la Escuela Móvil de Periodismo Portátil, autor del libro Niños futbolistas , publicado en 2013. Meneses recorrió Latinoamérica durante dos años, investigando algo que entonces no interesaba a nadie: la compraventa de niños futbolistas, futuras promesas del deporte rey que, en demasiados casos, malvivían con sus padres en situaciones precarias. Ojeadores ladinos y padres desesperados forman un buen tándem. El objetivo: comprar un nuevo Messi por doscientos dólares y venderlo, años después, por millones de euros.

Pero tal como cuenta Meneses, no todos son Messi. En realidad, ninguno lo es, y las transacciones de niños acaban siendo un fracaso en su inmensa mayoría.

Equipos como el Barcelona, el Atlético de Madrid y el Real Madrid han sido sancionados por sus fichajes ilícitos de niños futbolistas. Leeremos ríos de tinta sobre la noticia, pero fue Juan Pablo Meneses quien previó el diluvio antes de que nos llegara el agua al cuello.