WEwl líder de la oposición, Mariano Rajoy , volvió a jugar el viernes a confundir a la opinión pública cuando se pronunció contra cualquier mediación internacional en el proceso de paz en el País Vasco. No hay hasta ahora indicio alguno de que el Gobierno pretenda recurrir a personas o instituciones foráneas para el futuro diálogo con ETA. ¿A qué viene, entonces, este intento de poner la venda antes que la herida? Cabe pensar que es una declaración que trata de desvirtuar el doble espaldarazo recibido por el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero , tras los pronunciamientos del papa Benedicto XVI y del secretario general de la ONU, Kofi Annan , en el sentido de que hay que "intensificar los esfuerzos" para lograr la paz.

Rajoy sabe que los ánimos del Papa al camino recién iniciado casan mal con las tesis que defienden algunos obispos españoles ultraconservadores y la cadena episcopal de radio, aliada estratégica del PP. Y sabe también que la foto de Zapatero con Annan supone un innegable respaldo exterior a la audaz iniciativa del Gobierno español. Las reticencias mostradas por los dirigentes del PP parecen más encaminadas a salvar su montaraz estilo de oposición que a vigilar con lealtad los pasos del Ejecutivo en este proceso.