Cuando mi abuelo pone cara de sabelotodo, levanta la ceja derecha, sonríe y sus labios pronuncian: "Esos años locos . Con Esos años locos se refiere a su juventud, su adolescencia. ¡Ay!, su adolescencia... qué remolino de inquietudes e ideales.

Cuántas veces me habrá aconsejado. Y yo, ni caso. No entiendo cómo puede recordar esa época como algo asombroso. Yo lo tengo fácil, vivo en una época de consumismo y mimoseo. ¿Y mi abuelo? ¿Qué hacía para divertirse mi abuelo? ¿Y si llegaba tarde a casa y no tenían ni móviles ni coches? Madre mía, cuanto más pienso, más le admiro.

Pobrecito, ahí sentado en el sillón y recordando cómo de pequeño fabricaba mil inventos con hilos y piedras; y yo a su lado con cincuenta folios en blanco y un bolígrafo, que tiraré cuando la tinta esté a punto de acabarse, escribiendo sobre lo que en un principio iba a tratar de consumismo, pero ha acabado en una reflexión.

Me doy cuenta de que en mi cabeza llena de pájaros puede abrirse un camino hacia el aprendizaje de vivir, en el que espero que mi abuelo vaya marcando con flechas por dónde debo ir, qué digo, él seguro que preferiría ir marcándolo con miguitas de pan (que me recuerda a un cuento tan viejo como él...). Está bien esto de cavilar. ARIANNA NUÑEZ MONTESERIN. Cáceres