En los actos relevantes, tan importante es lo que se anuncia como su puesta en escena, y hemos visto una muestra de ello en la presentación de resultados de Seat. Así, el hecho de que asistiera Herbert Diess, presidente del grupo Volkswagen --que no suele acudir a estos actos--, no es algo anecdótico, como tampoco lo fueron sus palabras: «En el grupo hemos ganado confianza en Seat», dijo Diess, que además calificó a la marca como «un pilar indispensable para el grupo Volkswagen». Los números corroboran la buena marcha de Seat, que firmó en el 2018 el mejor año de su historia, con un beneficio después de impuestos de 294 millones de euros (el 4,6% más que el año anterior) y una facturación de 9.991 millones de euros (el 4,6% más). En este contexto debe situarse el anuncio de que Seat desarrollará en Barcelona una plataforma para vehículos eléctricos del grupo automovilístico. Se trata de un trabajo altamente cualificado (300 ingenieros trabajarán en el proyecto) que supone un paso adelante de la planta de Martorell, ya que desempeñará un importante papel en la estrategia de Volkswagen hacia la electrificación, uno de los mercados con más proyección de futuro del sector del automóvil. El espaldarazo a Seat contrasta con la evolución de la fábrica de Nissan en Cataluña, que ha anunciado una reducción de plantilla de 600 personas como condición para invertir 70 millones de euros, alegando la necesidad de ganar competitividad.