La enfermedad de Alzheimer es una de las lacras más extendidas en las sociedades desarrolladas que han conseguido alargar la esperanza de vida hasta edades avanzadas. Por encima de los 65 años afecta a un 5% de la población. Alrededor de los 95 años, casi al 50%. Este mal es uno de los retos globales del siglo XXI, junto con los problemas de la nutrición y los brotes de nuevas y viejas enfermedades infecciosas.

El drama personal de los enfermos de Alzheimer, que en Extremadura padecen 15.000 personas, se agrava por su absoluta dependencia. La carga asistencial, y la cruel experiencia de asistir a la destrucción de la personalidad del afectado, acostumbra a recaer en los familiares próximos. En especial, en las mujeres.

El día mundial sobre el Alzheimer se convoca con el expreso objetivo de concienciar y movilizar a la opinión pública. Pero, sobre todo, a las administraciones, las sanitarias y las sociales, para que no solamente se haga un esfuerzo en la investigación y en los tratamientos médicos que abran esperanzas de futuro. Los cuidadores de los enfermos también deben recibir un apoyo urgente, con residencias geriátricas adecuadas, aunque sean para estancias temporales, y ayudas domiciliarias.