Cuando están cerca de cumplirse los tres años de la declaración de Monfragüe como Parque Nacional --lo hará el próximo 3 de marzo--, las expectativas que se levantaron en la sociedad extremeña y, sobre todo, en los 14 municipios cuyos términos municipales forman parte de él se han cumplido solo en parte. Los beneficios, y mucho menos en un contexto de crisis económica, no pueden ser inmediatos, como tampoco lo son la aplicación de los planes de mejora de la gestión, de las infraestructuras turísticas, etc. No obstante, de la información publicada ayer por este periódico se deduce que algunas de las peticiones de las localidades de Monfragüe sí se podrían haber atendido. Es razonable la reivindicación de los ayuntamientos del parque de que los itinerarios para la visita no se concentren en Villarreal de San Carlos, sino que se diversifiquen y abarquen a todos para que todos ellos puedan beneficiarse de los visitantes. Solo tendría sentido a medias que las ayudas públicas para embellecimiento de los pueblos, mejora de infraestructuras, merenderos, senderos, etc. si estas ayudas no se completan con programas para que se beneficien de ese esfuerzo los vecinos y los que vienen a disfrutar a Monfragüe.

El dato de que la mayoría de los municipios no ganan población (o pierden o se mantiene) es un indicio de gran valor para conocer la incidencia del Parque Nacional como motor de desarrollo de la zona. En este sentido, los vecinos de los 14 pueblos de Monfragüe todavía esperan más.