El miércoles pasado ha entrado en vigor la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura. A partir de este momento, se amplía la esperanza para aquellas familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos. A partir de este momento, se abre la vía para contribuir desde la Educación a tener una comunidad que consolide los valores del respeto, la tolerancia, la libertad y, en definitiva, la democracia.

Precisamente agosto va a ser un mes pedagógicamente muy activo en estos temas. Son los instantes inolvidables dedicados al recuerdo. Al homenaje de aquellos que sirvieron a sus ideales. A nuestros abuelos que hicieron posible la vida en pluralidad que hoy disfrutamos.

Sí, echar la vista atrás. Mirar al pasado. Comprender que el valor de muchas de las cosas que disfrutamos tiene un precio y que hay que luchar permanentemente para mantenerlo.

Estamos en pleno siglo XXI y muchos de los objetivos de los que perdieron la vida para lograrlos, siguen de plena actualidad, aunque modifiquemos los matices: la lucha contra la brecha salarial, la igualdad en todos los sentidos, el acceso a los derechos humanos más básicos, como puede ser la educación o la sanidad. Las condiciones laborales, la libertad de opinión y de expresión, la participación en política y el respeto al diferente... Muchos de estos ejemplos, lamentablemente, amenazados por grupos organizados nostálgicos de otros tiempos o más bien anhelantes de volver a recuperar privilegios perdidos.

Por esa razón es importante la memoria. La histórica y la democrática. Porque se lo debemos a las familias que quieran honrar a sus muertos dignamente. Porque se los debemos a las generaciones jóvenes a las que tenemos la obligación de legar un mundo repleto de valores compartidos por la mayoría y que huyan de cualquier tipo de discriminación. También porque estamos convencidos de que el tiempo en el que se desarrollan nuestras vidas está determinado por la manera que hemos tenido de leer y de aprender experiencias pasadas. Y, además, porque podemos modificar con nuestras conductas lo que está por venir.

No lo perdamos. Aprovechemos el bagaje de nuestra reciente historia. Eduquemos a la ciudadanía asumiendo que tenemos muchas maneras de ver la misma realidad.