La Real Academia Española es firme frente a la propuesta del Gobierno de adecuar la Constitución al llamado «lenguaje inclusivo», lenguaje que debería incluir «todos y todas», por ejemplo, o «portavoces y portavozas», entre otros casos, muchos. Es firme en su negativa, se entiende, pues la RAE se considera una institución independiente (¿se basta solo con patrocinios?) y jamás consentiría injerencias políticas, por más que la última injerencia procediera de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que a principios de julio encargó a la dirección de la Academia la creación de una comisión para adecuar «la Constitución al lenguaje inclusivo». El encargo de la vicepresidenta, por cierto, provocó el enfrentamiento entre los académicos, ya que unos preferían no oponerse al Gobierno, dando por buena la propuesta, y otros no entendían la blandenguería de la dirección al aceptar el encargo y crear la comisión. Ya se ve: hasta en la Academia cuecen habas.

El caso es que la Academia, cinco meses después, aún no ha presentado ningún informe. Pero, respecto al encargo de la vicepresidenta Calvo, «no va a haber sorpresas», ha adelantado su director, Darío Villanueva. A falta de informe, la Academia ha presentado el libro de estilo de la lengua española, que para Villanueva es la prueba de la posición de la Academia respecto a lenguaje inclusivo. De hecho, el libro de estilo arranca con esta declaración: «En español, el género masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el género femenino. De ahí que el masculino pueda emplearse para referirse a ambos sexos». Y añade: «Desde el punto de vista lingüístico, no hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres». Es razonable, por tanto, que los académicos rechacen asimismo fórmulas como «todes2 como sustituto de «todos y todas», por ejemplo. «A ver quién es el guapo que propone en serio el morfema -e para todes», dijo ayer mismo el académico Pedro Álvarez de Miranda.

Pero lo mejor es que la RAE diga que «el problema es confundir gramática con machismo». Y que considere que en la Academia hay un «respetable número» de académicas. Respetabilísimo: 8 mujeres frente a 38 hombres. Qué estilo.