El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha tenido a bien anular la 'doctrina Parot', lo que permitirá a asesinos múltiples no cumplir ni siquiera un 1% de la condena establecida en su día. Al parecer, el Tribunal de Estrasburgo, ciudad francesa, que curiosamente cuenta con cadena perpetua revisable, es muy "humano" con los asesinos condenados, y muy "deshumanizado", por no utilizar el antónimo más simple, con los asesinados.

La explicación es obvia, los asesinos tienen la suerte de poder recurrir a tribunales y leyes para eludir la justicia, los asesinados difícilmente podrán. Tampoco es que hayan tenido muy en cuenta a los otros vivos que también asesinaron pero no murieron, los que sobrevivieron, sus familiares y amigos, personas jurídicas que se ven impotentes pues es la "justicia" la que les niega el derecho natural de no cruzarse por la calle con aquel que un buen día acabó impunemente con la vida de su ser más querido, o según el caso con aquel que truncó de por vida la sonrisa de una niña o una mujer.

La justicia es a veces muy injusta, por eso, la mayoría de países europeos tiene una cobertura para estos innombrables casos, se llama cadena perpetua revisable y, seguramente, exista en la mayoría de los países de origen de los jueces que han votado que a estas horas puedan salir a la calle cientos de asesinos y violadores. Esa cadena perpetua muy bien pudiera haber resuelto el caso. En España habrá que esperar a que se apruebe el actual proyecto de Ley de Reforma del Código Penal de Gallardón que incluye la prisión permanente revisable para asesinos múltiples, terroristas y casos excepcionales, aunque particularmente no encuentro distinción entre asesino múltiple y terrorista, ambos demuestran el mismo desprecio por la vida humana.

Quizás esa prisión permanente revisable debiera haber sido incorporada en nuestro Código Penal antes de haber aceptado el convenio de derechos humanos europeos. Quizás cuando España sangraba por culpa de unos miserables, nuestros políticos debieron escuchar a las víctimas y al clamor popular. Bastaba simplemente con adoptar las medidas excepcionales de nuestros vecinos para, según qué casos, aunque rompiera diálogos, treguas, crease inestabilidad política, etc... No, no solo Estrasburgo tiene la culpa, pues este momento llegaría.