WBwenedicto XVI clausuró ayer el V Encuentro Mundial de las Familias con una homilía en la que ensalzó nuevamente el valor de la familia tradicional y glosó la necesidad de ayudar al matrimonio "indisoluble" entre hombre y mujer. Sin embargo, como hizo el sábado, evitó la crítica directa a las reformas del Gobierno, especialmente la modificación del Código Civil que permite las bodas homosexuales.

En su primera visita a España, el Papa habrá decepcionado al ala más conservadora de los obispos al huir de las apocalípticas invectivas del expresidente del episcopado, Antonio María Rouco Varela y del cardenal de Toledo, Antonio Cañizares. Benedicto XVI se ha desmarcado incluso del máximo responsable del encuentro, el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, que llegó a promover el incumplimiento de leyes aprobadas en España. La moderación del Pontífice, sin embargo, obedece más a una cuestión estratégica que ideológica, como demostró en la entrevista con Zapatero. Ratzinger, que ha evidenciado su inteligencia diplomática, busca allanar la negociación con el Ejecutivo en asuntos como la enseñanza de la Religión en la escuela pública y la financiación de la Iglesia.