Todos sentimos una admiración profunda por aquellas personas que son capaces de mantenerlo todo bajo control, de estar presentes en todas partes. Elevamos en un pedestal a todos aquellos que son capaces de dividir su tiempo entre el estrés que produce la vida laboral, la universidad, el día a día, el ocio, la familia, la pareja, los amigos... Y, aunque parezca increíble, consiguen llegar a todo.

Cada vez más, la sociedad glorifica la sobreexplotación de uno mismo, y, a menudo, estas mismas personas son las que terminan sintiendo una frustración innegable por no poder realizarse positivamente en ninguno de sus ámbitos. Así resulta verdaderamente imposible disfrutar del camino.

Y nosotros seguimos jugando a ser dioses sin pensar en cómo puede afectarnos mentalmente. ¡Dejemos de mitificar el no parar! Llevo unos meses enferma y, tras hacerme tres analíticas, mi doctora de cabecera me ha dicho que todo lo que me pasa está resumido en una palabra: estrés.

Parémonos un momento, y pensemos un poco más en nuestra felicidad, en nosotros mismos, en nuestro valor. Dejemos de estar constantemente pendientes de lo productivos que podemos llegar a ser.

TOTALITARISMOS

Cordón sanitario o argumentario

Miguel Fernández-Palacios Gordon

Madrid

No sé si lo uno o lo otro, y si bien en algunos países como Alemania o Francia, con experiencia en contender con el fascismo parlamentario que abomina los valores democráticos, han decidido aplicar cordones sanitarios para tratar de bloquear su ascenso al poder y confinarlo a la oposición, tengo mis dudas.

Aunque al menos, como es notorio que en España la derecha no está por la labor, el resto de formaciones políticas progresistas deberán cargarse de energía, sapiencia y paciencia para aplicar un riguroso cordón argumentario que desmonte, con razones y cifras bien documentadas, todas y cada una de las burdas manipulaciones de Vox.

Ahora que el fascismo ha regresado con partido propio y es un peligro real, si no se replican con escrupulosa veracidad las necedades, provocaciones y mentiras, utilizará a sus anchas las instituciones como altavoz de sus fake news que le ayudará cómodamente a ganar adeptos. Como siempre con los totalitarismos, ni el silencio ni la indiferencia son opciones.

IGLESIA

Juan Pablo II

Luis Cabaneiro Santomé

Lugo

Me viene hoy el recuerdo de personas que vivieron dejando una impronta perpetua en la memoria colectiva por la nobleza de sus sentimientos y la categoría de sus acciones y que han sido y serán ejemplo para generaciones; acciones diarias llevadas con naturalidad al extremo de la excelencia, sabiendo transmitir sin egoísmo la humanidad que atesoraban en su interior.

Para mí, el mejor representante de ese elenco de personalidades es Karol Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, que resumía en persona todo lo que un católico busca en su Iglesia, despejar dudas que lo reafirmen día a día en sus creencias con respuestas claras a inquietudes interiores, sin adornos aparentes que hagan del mundo una representación teatral, directo del corazón fiel a los corazones de los fieles, lecciones de paz, entendimiento, humanidad, empatía generacional, del profesor a los alumnos sin filtros pedagógicos, sin el esfuerzo de quien realiza un trabajo sino que viviendo con normalidad de maestro alecciona con maestría de sabia.

¡Cómo cambiaría todo si cada año naciera un Juan Pablo II.